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El presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich. / Afp
baja por enfermedad

El presidente ucraniano se pone enfermo en plena crisis

Acudió ayer personalmente al Parlamento para influir en la aprobación de una ley de amnistía que no satisface a la oposición

RAFAEL M. MAÑUECO, ENVIADO ESPECIAL
KIEVActualizado:

En medio de un conflicto con la oposición, cuyos partidarios ocupan el centro de Kiev desde finales de noviembre, el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, se ha tomado una baja por enfermedad. Así lo anunció esta mañana un responsable de la administración presidencial. “Está de baja debido a una afección respiratoria aguda y padece fiebre muy alta”, afirmó Alexánder Ordú, responsable del departamento sanitario de la Presidencia.

Yanukóvich acudió ayer por la noche a la sesión de la Rada (Cámara legislativa) para reunirse con su grupo parlamentario (Partido de las Regiones), entre quienes había diputados dispuestos a aprobar el proyecto de ley de amnistía presentado por la oposición. Es decir un texto que no condicionaba el indulto al desalojo de los edificios oficiales en manos de los manifestantes.

El máximo dirigente ucraniano llegó a amenazar a sus propios parlamentarios con disolver la Rada, logrando así que se atuvieran a la disciplina de voto. Al final fue aprobada la variante de amnistía presentada por Yuri Miroshnichenko, jefe del grupo parlamentario oficialista. Esta ley, cuyo texto no ha sido dado todavía a conocer y cuya votación los tres partidos opositores se abstuvieron, entrará en vigor solamente en el caso de que lo participantes en las protestas desalojen los edificios ocupados en Kiev y en otras ciudades del país. La norma fue aprobada por 232 votos a favor, seis más de los necesarios.

El líder de la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR), el boxeador Vitali Klichkó, dijo anoche que “aprobar una amnistía con condiciones solamente hará que aumente el descontento social y la tensión”. Por su parte, el dirigente de la formación ultranacionalista Svoboda (Libertad), Oleg Tiagnibok, descartó totalmente la posibilidad de que los manifestantes entreguen las sedes oficiales ocupadas.

La sesión parlamentaria de ayer comenzó con la intervención de Leonid Kravchuk, el primer presidente de la Ucrania independiente y uno de los tres dirigentes que firmó el acta de defunción de la Unión Soviética en diciembre de 1991, además del ruso Borís Yeltsin y del bielorruso Stanislav Shushkévich. “Ucrania está al borde de la guerra civil”, proclamó Kravchuk ante los diputados. Según su opinión, “la dirección del Estado se encuentra en proceso de desmoronamiento y, si no se hace nada para evitarlo, puede llegar a ser irreversible”. El ex presidente, que fue muy aplaudido al terminar su alocución, propuso elaborar urgentemente “un plan para solucionar el conflicto (…) con la máxima responsabilidad”. “Necesitamos trabajar paso a paso para aliviar la confrontación”, concluyó

La Rada aprobó ya el martes la derogación de la mayoría de las leyes consideradas “represivas” y “dictatoriales”, cuya promulgación dio lugar a un estallido de violencia sin precedentes hace semana y media. Lo hizo después de que Nikolái Azárov dimitiera como primer ministro y arrastrase con él a todo el Gobierno, otra de las demandas de la oposición y de los congregados en la plaza de la Independencia de Kiev (Maidán).

Mientras tanto, la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, era recibida por Yanukóvich. Tras finalizar el encuentro, Ashton dijo que “la violencia y la intimidación, vengan de donde vengan, deben terminar (…) y dar paso a un auténtico diálogo”.

Desde Moscú, el presidente Vladímir Putin y su primer ministro, Dmitri Medvédev, decidieron esperar a que Ucrania se dote de un nuevo Gobierno antes de enviar el correspondiente tramo de la ayuda de 15.000 millones de dólares acordada en diciembre. “Cumpliremos nuestros acuerdos (…) cuando entendamos quién estará en el Gobierno ucraniano, quién va a trabajar ahí y qué reglas van a aplicar”, le dijo Medvédev a Putin durante una reunión.

La formación del nuevo Gabinete, tras la renuncia de Azárov, va a ser otro de los asuntos espinosos en la actual pugna entre el presidente y la oposición. El sábado pasado, Yanukóvich le ofreció a Yatseniuk el puesto de primer ministro y al boxeador Vitali Klichkó, el de ministro de “Asuntos Humanitarios”. Ambos declinaron la oferta, ya que tal Ejecutivo puede ser destituido en cualquier momento por el presidente o por la mayoría parlamentaria que detenta su partido. Enmiendas constitucionales, para quitar poderes al presidente, y elecciones anticipadas es lo que siguen exigiendo en el Maidán.