Fiat renuncia a su ADN italiano y se muda fuera para pagar menos impuestos
ROMA.Actualizado:El símbolo por excelencia del capitalismo industrial italiano, la FIAT, se aleja de su país en una deriva inevitable y su marcha se convierte en otro símbolo, pero del lento declive de Italia. Estaba cantado desde que la histórica compañía de automóviles, tras 115 años en Turín, puso un pie en Detroit con la compra de Chrysler y meditaba un salto global.
Se hizo oficial ayer y no queda ni el nombre: FIAT se llamará ahora FCA, siglas de FIAT Chrysler Automobiles, con un logo poco vistoso que ayer ya era vituperado en Italia. La nueva marca, séptimo constructor del sector en el mundo, tendrá sede legal en Amsterdam, domicilio fiscal en Londres y cotizará en Wall Street y Milán. La última incógnita, que no se despejó ayer, es si el cuartel general seguirá siendo el legendario Lingotto de Turín, un bastión simbólico que sería demasiado traumático arrancar a Italia. Aparte de eso, quedan en el país cuatro fábricas en constante paranoia de cierre. Producen 400.00 coches, cuando en 1990 salían de allí 1,9 millones de vehículos.
Todos estos movimientos, que prevén el desembarco en Wall Street en octubre y completar la operación a fin de año, están muy calculados y buscan precisamente escapar de las ataduras italianas. En Holanda el sistema asigna a los socios estables un voto doble y eso asegura a los Agnelli el control de la empresa, pese a que su sociedad Exor ya sólo mantiene el 30% de FIAT, algo imposible legalmente en Italia. El traslado fiscal a Londres es comprensible, dadas las ventajas de la City que permitirán reducir un 20% su carga impositiva.