La economía sumergida supone ya el 24,6% del PIB
Los técnicos de Hacienda calculan que ha crecido en 60.000 millones durante la crisis y critican la falta de «voluntad política» para combatirla
MADRID. Actualizado: GuardarEl paro y la corrupción han impulsado la economía sumergida en España durante los años de crisis, de forma que en 2012 ya suponía el 24,6% del PIB. Traducido a cifras contantes y sonantes, son 253.135 millones de euros los que ese año escaparon al control del fisco. Desde 2008 el fraude -que por aquel entonces representaba el 17,8% del PIB- se ha incrementado en aproximadamente 60.000 millones, a razón de 15.000 por año. Son datos que figuran en el informe 'La economía sumergida pasa factura. El avance del fraude en España durante la crisis', elaborado por el profesor Jordi Sardà, de la Universitat Rovira i Virgili, y presentado por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
El estudio, realizado en 2013, analiza variables como el paro, la evolución del sector inmobiliario, la renta per cápita, el PIB o el consumo eléctrico, entre otros. Y refiere cuatro grandes causas para el incremento de la economía sumergida entre los años 2008 y 2012. En primer lugar, el «espectacular» repunte del paro. También las subidas de impuestos, «que no fueron acompañadas por un eficiente control tributario», y la multiplicación de casos de corrupción política y empresarial. Es éste, a decir de los autores del estudio, un factor «en alza». «A mayor corrupción, mayor economía sumergida», destacan. A estas causas se sumó otra «transversal», como el masivo uso de billetes de 500 euros, «el instrumento preferido por los defraudadores para saldar operaciones al margen del fisco».
El estudio también pone el acento en la existencia de «un grave problema de moralidad» respecto al pago de impuestos. Un mal que afecta tanto a los ciudadanos -«muchas veces aceptamos no pagar el IVA de una factura», pone como ejemplo el profesor Sardà- como a las élites política y empresarial, envueltas en muchos casos de corrupción que son «un reflejo de esa cultura permisiva respecto al fraude, y que no contribuye a mejorar la conciencia fiscal de los ciudadanos», alerta Carlos Cruzado, presidente de Gestha. Los técnicos de Hacienda creen que «falta voluntad política» en la lucha contra la economía sumergida, y critican que los gobernantes se fijan objetivos «muy raquíticos» a la hora de combatir el fraude, «así que se sienten satisfechos con muy poco».
Para poner freno a lo que consideran «algo inherente a nuestra cultura», Gestha propone incidir en los impuestos directos de forma que «pague más quien más puede», ampliar los medios de la Agencia Tributaria, o mejorar la coordinación de ésta con las Haciendas autonómicas. También abogan por realizar cambios impositivos para reducir la elusión fiscal. O intensificar los controles de gasto público de todas las administraciones.