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Mursi se enfrenta a la pena de muerte por escapar de la cárcel durante la revolución

«¿Quién eres tú? ¡Dímelo!», le espetó el expresidente egipcio al juez, que aplazó el juicio hasta el 22 de febrero

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Desde una jaula insonorizada, para que sus gritos no interrumpieran el juicio, el expresidente Mohamed Mursi volvió a comparecer ayer ante un juez, esta vez acusado de escapar de la cárcel durante la revolución de 2011. Más de seis meses después de ser derrocado por un golpe militar, el islamista denunció ayer que no ha podido ver ni a su familia ni a sus abogados y, desafiante, se enfrentó al magistrado de la sala para interrogarle: «¿Quién eres tú? ¡Dímelo!». El politizado juicio, por el que Mursi podría ser condenado a la pena capital, fue ayer aplazado hasta el próximo 22 de febrero.

Este segundo proceso contra el expresidente egipcio -que tiene pendientes otros tres juicios por instigar la matanza de manifestantes, por espionaje y por insultar a la judicatura-, tiene lugar apenas un día después de que el hombre que lideró el golpe de Estado contra él, el ahora mariscal Abdelfatah el-Sisi, recibiera luz verde del Ejército para emprender su carrera presidencial. Y en medio de una oleada de atentados contra las fuerzas de seguridad.

Ayer, un alto cargo del ministerio del Interior moría tiroteado por la mañana cuando salía de su casa en Guiza y, unas pocas horas después, en un incidente similar, un policía fallecía frente a la iglesia de la Virgen María en el barrio del 6 de Octubre por los disparos de hombres armados que viajaban en un coche. Los dos asaltantes fueron perseguidos por la policía, que consiguió arrestarlos.

Ayer también se cumplían exactamente tres años de los sucesos por los que está siendo juzgado Mohamed Mursi y otros 128 acusados. Cuatro días después del comienzo de la revolución de 2011, cuando el régimen retiró a la Policía de las calles, más de 20.000 presos escaparon de las cárceles del país, un suceso que en su momento se atribuyó a una maniobra de las autoridades para propagar el caos en el país y frustrar la revolución.

Entre los fugados se encontraba el propio Mursi y otros líderes de los Hermanos Musulmanes, que habían sido detenidos apenas dos días antes y encarcelados en el presidio de Wadi Natrum, en el delta del Nilo. En aquel momento, el islamista, que habló por teléfono con una televisión, aseguró que habían sido los vecinos los que les habían ayudado a escapar.

Las autoridades les acusan, sin embargo, de orquestar la fuga junto al grupo palestino Hamas y el libanés Hizbulá para «destruir el Estado egipcio y sus instituciones».