Blesa en Cádiz
Actualizado: GuardarEn la salida del juzgado de plaza de Castilla de Madrid, que es como la plaza Fragela en noche de corte, le han dado un meneíto a Miguel Blesa, ese lord ibérico que parece mitad bobo, mitad aficionado a arrancarle la piel a los gatitos. También ha escrito un periodista que en Cádiz no hay maldad ninguna. Que es imposible. Si Blesa viniera a Cádiz no le darían pancartazos, sería todo mucho más barroco, como de Carpentier o de Quiñones. Porque en Cádiz no hay maldad, ya saben. A Blesa si viene le montan una cabalgata desde Telefonía sin Hilos y toda la avenida tirando papelillos recortaditos de los autos de Elpidio Silva. Abre la comitiva la chirigota de los banqueros de Selu. Viaja Blesa con traje de espiga y la extraña ligereza del ruin que piensa que todo le va a salir bien, que dijo Victor Hugo. Tira caramelos del banco malo y guiña el ojo bueno a las señoras, montado en una carroza y acompañado por una graciosa docena de hijos de afectados por las preferentes. Esperan tres filas de gentes con sillita de Semana Santa y bocatas de queso de cerdo. María la Yerbabuena vestida de abeja da oles al pelotazo español. En San Juan De Dios, Teófila espera con las llaves de la ciudad y el pendón tejido en los verdes de la entidad madrileña y le cruza la cara como si fuera la ira de Dios. La mole rompe la cinta y toma la carroza. Blesa ya vuela por encima de las cabezas en Santa María, mientras alguien pincha flamenco del Chano y tres que han venido de Jerez se tiran 'selfies' 'con Don Miguel' de fondo. Convertida en gaviota, Mariana Cornejo, desde el cielo, le deja un regalo en la solapa. «La que estás liando, chiquillo», le gritan y le cantan 'pompompopom', y le invitan a ensaladilla de Las Palomas. Pepe Blas se sube a un tinglado entre las catedrales y da a voces el discurso que nunca dio en La Caleta. Nadie le escucha. En medio del fragor, para que no se oigan los gritos, la masa enloquecida tira al banquero por los bloques, que es lo mismo que harían con él en Madrid, pero con menos 'esprit' y un puntito menos de 'mardá'.