Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Un tren Alvia se acerca a la estación de Santiago. :: XOAN REY / EFE
ESPAÑA

Un GPS alertará a los maquinistas si los trenes superan la velocidad permitida

A los seis meses del accidente de Angrois, el Gobierno refuerza las medidas para garantizar la seguridad de todo el sistema ferroviario

ANDER AZPIROZ
MADRID.Actualizado:

Seis meses después del descarrilamiento del tren con destino a Santiago en el que murieron 79 personas y otras 140 resultaron heridas, el Gobierno hizo balance de las medidas adoptadas para que una tragedia similar no vuelva a producirse. La titular de Fomento, Ana Pastor, aseguró ayer tras el Consejo de Ministros que con las medidas adoptadas, algunas aún en fase de implantación, el Ejecutivo pretende acometer una revisión del sector ferroviario que, en palabras de la ministra, se debió haber hecho hace décadas.

Muchas de las novedades aplicadas tienen como objetivo evitar que una distracción del maquinista pueda desembocar en un descarrilamiento. En este sentido, se está trabajando para dotar a todos los ferrocarriles con un sistema GPS que controle la velocidad del convoy y avise al conductor por medio de una pantalla en caso de que se supere.

Otro aspecto en el que se trabaja es el sistema de seguridad de los trenes de alta velocidad. En la curva de Angrois, el Alvia estaba guiado por el ASFA, el cual alertó al maquinista de la obligación de frenar, pero no actuó por sí solo cuando sus instrucciones fueron ignoradas. Fomento ha ordenado que se proceda a dotar a todos los convoyes del ASFA Digital, un sistema mejorado que goza de autonomía para desacelerar de modo automático el tren si antes no lo ha hecho el conductor. A ello se suma una revisión completa del cuadro de velocidades de todas las líneas ferroviarias a fin de comprobar que los límites establecidos se adecuan a los requisitos de seguridad. En los lugares donde se ha considerado necesario se han instalado nuevas balizas. Entre estos tramos se encuentra la propia curva de Angrois, donde los maquinistas han venido denunciando desde que se produjo el descarrilamiento que no existían las suficientes.

Otros de los aspectos sobre los que se trabaja son la formación de los maquinistas y la supervisión de su servicio. El personal que desarrolle estas labores deberá a partir de ahora obtener una nueva titulación de Formación Profesional. Durante el desarrollo de sus funciones los conductores serán sometidos a exámenes psicológicos y se elaborará una lista con medicamentos no permitidos y enfermedades limitativas para su profesión.

Tampoco se permite ya a los maquinistas hablar por teléfono móvil mientras se encuentran de servicio, causa que motivó la distracción del conductor del Alvia a Santiago y que desembocó en el descarrilamiento. Igualmente se grabará el audio y vídeo de la cabina en todos los trayectos que se realicen, con el compromiso de usar la información solo en caso de accidente.

En los vagones de los trenes se instalarán barreras para fijar el equipaje y evitar que con un frenado brusco las maletas se precipiten sobre el pasaje.

Atención a las víctimas

El Gobierno ha elaborado en un real decreto las actuaciones de todas las administraciones públicas con el fin de garantizar la mejor atención a los afectados en este tipo de accidentes. Los objetivos concretos que se persiguen son los de actualizar la cuantía mínima de las indemnizaciones del Seguro Obligatorio de Viajeros, revisar el periodo de cobertura de los gastos médicos y adaptar las categorías de los gastos indemnizables.

Por último, la ministra de Fomento se refirió a la creación de Agencia de Seguridad Ferroviaria. Este organismo será el encargado de supervisar la actuación de los diferentes actores que intervienen en el sistema ferroviario español. Sus funciones incluyen la capacidad sancionadora en caso de que se incumplan los requisitos mínimos seguridad y la concesión de las licencias y certificados pertinentes para la circulación de los trenes.

Medio año después de la tragedia, no hay ningún herido en los hopitales de la zona, aunque medio centenar de ellos siguen con sesiones de rehabilitación.