Martino blinda a su plantilla

Tras el triunfo del Madrid sobre el Granada (2-0) y haga lo que haga dos horas antes el Atlético en Vallecas, el Barça está obligado a ganar al Málaga en el Camp Nou para mantener el liderato una jornada más. Y ya serían 59 consecutivas entre las 38 de Tito Vilanova en la temporada 2012-13 y las 21 que encadenaría el Tata Martino en el curso actual. Ese debería ser el aliciente del día, acompañado de un homenaje previsto a Xavi por sus 700 partidos oficiales el día después de cumplir 34 años. Y hasta el holandés Afellay, que regresa a una convocatoria 14 meses después de su último encuentro (cedido al Schalke 04) tras un calvario de lesiones musculares que le causaron problemas psicológicos, podría ser el protagonista humano de la previa.

Pero la actualidad manda y la semana convulsa a nivel institucional puede con todo. Todo el mundo estará pendiente del palco, donde se estrena Josep Maria Bartomeu como presidente tras la dimisión de Sandro Rosell, a quien este domingo, quizás por lo cercano de los acontecimientos, no se le espera. Un río revuelto en el que trató de pescar el expresidente culé, Joan Laporta, al pedir elecciones anticipadas a final de temporada porque entiende que el nuevo máximo mandatario no está legitimado por los socios.

Por ahí cerca, en la grada debido a su lesión, estará Neymar, el protagonista indirecto de otro episodio de la eterna crónica autodestructiva del Barça. El brasileño, por cierto, tendrá que soportar a partir de ahora más presión de la que ya tenía una vez desnudado su contrato en busca de la transparencia perdida. Y sus compañeros, que ya saben lo que cobra (56,7 millones por cinco años), quizás lo miren de otra forma. Y no es el caso de Messi, quien siempre será el mejor pagado porque se lo ha ganado y a quien siempre se señala en estos casos de forma equivocada. El '10' está por encima del bien y del mal. Es el núcleo duro del vestuario, con Xavi, Iniesta, Valdés, Piqué, Cesc o Puyol, el que saca la calculadora.

Que no es un partido normal se comprobó en la víspera con la presencia del director deportivo, Andoni Zubizarreta, al lado del Tata Martino en una rueda de prensa en la que el Málaga fue una anécdota. No jugarán Iniesta y Puyol (padre de su primera niña), todavía con secuelas de sus golpes, que se unen a las bajas por problemas musculares de Song y Montoya y a las ausencias conocidas de Neymar, Jonathan dos Santos, Cuenca y el tercer portero, Oier Olazabal.

«La dimisión de Rosell no es una buena noticia. Lo conozco hace tiempo y ya he hablado con él. Pero era un momento de centrarme en lo futbolístico, que la plantilla siga bien de ánimos y no decaiga. He intentado aislarme un poco y centrarme en los jugadores. Nosotros tenemos que dar respuesta desde el lado futbolístico», explicó Martino, quien aseguró que no se siente más débil. «Con el nuevo presidente y con Zubizarreta son las personas con las que más he hablado desde que estoy aquí», aseguró antes de insistir en que nota bien al vestuario.

Zubizarreta sí se metió en algún jardín: «No había visto nunca un club enseñando las cifras sobre un jugador de forma tan detallada. Nunca viví un espectáculo como ese. A mí también me gustaría conocer las cifras de otros clubes para ver cómo trabajan. Nosotros hemos dado muchas pistas y nos tocará trabajar más el mercado, pero hemos hecho el ejercicio de transparencia que se nos pedía y si me permiten insisto en que el precio de traspaso es de 57,1 millones de euros». Y fue más lejos con una indirecta hacia un rival que no nombró pero que todos detectaron: «Prefiero una institución así que no un club lineal y de pensamiento único».

El Málaga buscará la gesta el Camp Nou, históricamente esquivo y más complicado teniendo en cuenta que lleva 354 minutos sin marcar un gol. En 2014 todavía no ha visto portería. El descenso comienza a ser una amenaza. Schuster tiene la baja del defensa Weligton, lesionado, aunque pueden reaparecer Eliseu y Angeleri.