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Sociedad

Justin Bieber sigue su loca carrera

La Policía le arresta tras competir en una prueba de velocidad ilegal por las calles de Miami 'colocado' de marihuana y alcohol

PEDRO SAN JUAN
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Está claro que Justin Bieber quiere, a sus 19 años, no desperdiciar ni un solo día y tener una vida plena. El cantante canadiense, eso sí, no sale de un lío cuando ya está metido en otro y siempre con la Policía de por medio. Asuntos de drogas, alborotos en hoteles, fiestas que acaban en actos vandálicos, visitas a prostíbulos, peleas, desplantes en conciertos y, lo último, participar bien 'colocado' en carreras ilegales de coches por el centro de Miami.

La cosa es que Bieber y su compañero de tropelías en esta ocasión, el rapero californiano Khalil Amir Sharieff, alquilaron dos superdeportivos para retarse en una carrera por las calles de Miami Beach. El joven mito de las adolescentes pilotaba un Lamborghini amarillo contra el Ferrari rojo de su amigo, mientras varios amigos cerraban las calles del improvisado circuito cruzando sus coches en los cruces de la avenida Tree Pine Drive.

Eran las cuatro de la madrugada y los vecinos se hartaron y dieron aviso a la Policía, que interrumpió el divertimento del cada vez más desquiciado Justin, que al cierre de esta edición continuaba detenido en la cárcel del condado mientras miles de fans anunciaban por Twitter que se habían tatuado la leyenda 'Free Justin' (Libertad para Justin). El jefe de Policía Raymon Martinez confirmó el arresto y no se tomó a broma el caso. En rueda de prensa aclaró que el cantante está acusado de tres cargos: conducir bajo los efectos de sustancias, consumo de marihuana y bebidas alcohólicas (Justin es menor de 21 años, la edad legal para consumir alcohol en EE UU) y conducir con un permiso caducado. Los tests practicados en comisaría confirmaron que el joven dio positivo en el consumo de marihuana y alcohol. Según el atestado, Bieber se mostró ante los agentes que le detuvieron «incoherente, con las manos en los bolsillos».

La semana pasada, la Policía acudió a su casa de Los Ángeles y arrestó por drogas a uno de sus amigos: el entretenimiento de la fiesta había sido lanzar huevos a la casa de su vecino y causar daños por valor de 20.000 dólares. Durante el último año, Bieber ha tenido comportamientos poco edificantes: afirmó que le habría gustado tener a Anna Frank entre sus fans, ha conducido su Ferrari a toda velocidad atravesando barrios residenciales, orinó en un balde de limpieza de un restaurante y escupió a sus fans en Toronto, Canadá, desde el balcón de la habitación de su hotel. Además, su reciente gira sudamericana dejó una ristra de escándalos en Brasil, Argentina, Colombia y México, sobre todo vinculados a su afición a grafitear los hoteles donde se aloja.