Manu: «Todas las guerras se pierden»
En los conflicto, Leguineche solía recordar que no hay que fiarse. “Todos quieren que escribas algo bueno de ellos”
MADRID Actualizado: GuardarPor mucho que conozcamos lo que va a deparar el destino, inevitable en el caso de la muerte, es muy duro cuando llega. Sabíamos que Manu estaba ya muy enfermo, llevaba años luchando para poder mantener una cierta calidad de vida en su retiro de Brihuega. Después de una visita que hicimos, mi mujer y mi hijo, de cuatro años entonces, a su escondite como a él le gustaba denominarlo, me dijo el crío: “oye papá, ¿este señor se lee todos estos libros? Le contesté “claro, y muchos los ha escrito él”. Recuerdo el gesto sorprendido, impresionado por una personalidad que en pocas horas había sido capaz, sin proponérselo, de dejar huella en un niño. Valga este recuerdo más personal porque yo soy uno de los periodistas afortunados que aprendió el oficio al lado de Manu.
En los conflictos, Manu siempre repetía “no te fíes” “todos quieren que escribas algo bueno de ellos” “los que realmente merecen la pena son los desolados” “contrasta todo lo que te cuenten” “piensa en tu tía del pueblo o en tu vecino; trabaja para la gente” “busca historias humanas que interesen, las víctimas reales de las guerras, y huye de los políticos”.
En fin, son enseñanzas constantes de un maestro que hablaba con todo el mundo, que ayudaba a los periodistas noveles y que disfrutaba con su trabajo. Viajero incansable, “hay que estar donde está la noticia”, por eso, en los últimos años era pesimista con el futuro del periodismo porque la mayoría de las empresas no valoraban al enviado especial, ni por el coste ni por el trabajo, e internet suplía en demasiados casos, con el copia y pega, a los periodistas de verdad que se acercan lo más posible a los acontecimientos y que buscan contar lo que ocurre con la mayor veracidad posible. Periódicos, radio, televisión, Manu trabajó en todos los medios e incluso se embarcó en la creación de dos agencias de noticias, una de ellas COLPISA. En Segovia, hace 4 años, con motivo del 25 aniversario del Premio Cirilo Rodríguez le hicimos un homenaje sus amigos y compañeros, organizado por la Asociación de la Prensa de la ciudad. Fue un momento muy entrañable y emocionante, también realista porque el paso del tiempo es inexorable, y por eso es bueno recordar su última lección:”estoy aquí para demostrar que todas las guerras se pierden”