Isabel Allende, ayer, en Madrid. :: ÁNGEL DE ANTONIO
Sociedad

Allende sazona la novela negra con ironía

La escritora chilena cree que los autores nórdicos crean historias demasiado «sórdidas y oscuras que no admiten posibilidad de redención» Hace su primera incursión en el género criminal con 'El juego de Ripper'

MADRID. Actualizado: Guardar
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Isabel Allende adora los desafíos. Por eso se animó a escribir una novela negra, un género en el que jamás había hecho ninguna incursión. Y eso que su marido, William C. Gordon, es todo un narrador avezado en las tramas criminales. Mucha culpa de que ahora aparezca en las librerías 'El juego de Ripper' (Plaza y Janés) la tiene su nieta Andrea, a quien sorprendió embebida en un juego de rol en el que se resolvían asesinatos en el Londres de Jack 'el Destripador'. Allende aceptó el envite y trasladó el juego a la bahía de San Francisco, su lugar de residencia y ciudad que se ve sacudida por una oleada de muertes violentas. Para salir airosa del empeño quiso buscar inspiración en la trilogía de Stieg Larsson y las novelas de Jo Nesbo y de otros autores nórdicos, pero le parecieron muy «oscuras». «Son demasiado sórdidas, sin posibilidad de redención. Mi intención era escribir algo dentro del género, acatando sus reglas habituales, pero con ironía.» Humor y amor se entreveran en la historia para alumbrar una novela negra atípica, que en parte parodia los lugares comunes de las obras de este tipo.

Los crímenes que se van sucediendo en el libro antes habían sido predichos por una astróloga. Como buena vecina de San Francisco, Isabel Allende conoce bien a los gurús, médiums y videntes que pululan por la urbe californiana. Ella misma tiene una fe insobornable en la medicina alternativa desde que a su marido le diagnosticaron una fibrosis pulmonar que los médicos pronosticaron que era incurable. Sin embargó, sanó gracias a remedios naturales. «Algunas cosas que suceden en San Francisco, si ocurrieran en Latinoamérica, las llamarían realismo mágico. En California, en cambio, es todo 'new age'. Tengo un amigo que utiliza a un médium para ponerse en contacto con su mascota».

Allende cree que los detectives al estilo de James Bond son personajes muy trillados. La escritora concibió que unos chavales inadaptados y adictos a los juegos de internet fueran los que desenrollaran la madeja de los crímenes. Su intuición y desparpajo les hacen llevar siempre la delantera a la Policía. Y para conferir verosimilitud a lo narrado asistió a conferencias de escritores de novelas policíacas, en las que aprendió mucho. «Hablé con policías, detectives, un médico forense, un químico que me aconsejó sobre venenos, un experto en armas. También me explicaron aspectos de la psicología de los asesinos en serie». Incluso se hizo asesorar por un 'navy seal', un miembro de los cuerpos de élite de la Marina estadounidense, quien la introdujo en los secretos del Ejército yanqui.

La novelista, que se ha atrevido con la novela histórica, política, las memorias, los cuentos y hasta los libros de recetas afrodisíacas, no ha osado todavía escribir una obra erótica. «Para hacerla tendría que esperar a que muriera mi madre, que es eterna y tiene 96 años».

Pese a que sus novelas son muy visuales, la novelista es muy reacia a que sus relatos sean llevados al cine por Hollywood a la vista de la avidez de los productores. «Cuando todo estaba listo para que se rodara una película basada en 'Hija de la fortuna' y me gasté un dineral en un abogado para que redactara un contrato, al final no firmé. Lo querían todo, los derechos para todo tipo de soportes tecnológicos, los ya existentes y los futuros, e incluso el 'copyright', sobre los personajes. Si yo hubiera querido recuperar un personaje para escribir otra historia, no habría podido hacerlo. Cada vez hay más gente que se negará a ceder sus obras con semejantes condiciones».

Michelle Bachelet

Allende, una feminista militante, se congratula del acceso al poder de mujeres en América Latina, especialmente por la llegada a la presidencia de Chile de Michelle Bachelet. En lo que atañe a la igualdad por sexo, considera que se ha ganado la batalla, pero no la guerra. «El machismo se podría haber terminado Latinoamérica en apenas una generación si las mujeres lo hubieran tenido claro, pero las madres latinoamericanas miman a los hijos varones que da pena».

Su agente, Carmen Balcells, incitó a Allende a que escribiera una novela policiaca con su marido a cuatro manos, pero pronto se demostró que tal empresa era arriesgada y amenazaba en acabar de mala manera. «Wilie escribe en inglés y tiene una capacidad de atención de once minutos; yo escribo en castellano y puedo trabajar once horas seguidas. Desistimos de continuar. Willie se fue a su habitación a escribir su sexta novela policial y yo a la mía a comenzar la primera».