El proceso de paz sirio tropieza con la peor cara del régimen
Las torturas infligidas por agentes del Gobierno a miles de presos complican las negociaciones en la cumbre de Ginebra II
GINEBRA. Actualizado: GuardarComo si de un ritual macabro se tratara, cada vez que se acerca una cita internacional importante para el futuro de Siria la sangre se convierte en protagonista. Durante el año 2012 ocurrió con las matanzas de civiles en vísperas de cada reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ahora se produce con la publicación de un informe que documenta el «asesinato y tortura sistemáticos de personas detenidas por los agentes del Gobierno sirio», lo que vuelve a poner sobre la mesa la brutalidad de la represión del régimen de Bashar el-Asad, que pretendía presentarse en Suiza como víctima del auge de los grupos vinculados con Al-Qaida al norte de Siria.
El diario británico 'The Guardian' y la cadena estadounidense CNN dinamitaron los preparativos para la cumbre de paz , que arranca hoy en Montreux y seguirá el viernes en Ginebra, con la publicación del estudio de 31 páginas elaborado por tres prestigiosos abogados que revela de forma minuciosa la muerte por malos tratos de al menos 11.000 detenidos.
Las autoridades de Catar, uno de los grandes impulsores de la oposición política y militar sirias, contrataron los servicios de los británicos Desmond de Silva, ex fiscal jefe del tribunal especial para Sierra Leona, y Geoffrey Nice, fiscal en el caso contra el expresidente de la antigua Yugoslavia Slobodan Milosevic, y el estadounidense David Crane, también fiscal en la corte especial para Sierra Leona, para que investigaran las fotografías sacadas en Siria por un agente de la Policía Militar, hoy fuera del país, cuya labor consistía en retratar cada cuerpo que llegaba al hospital militar donde se encontraba destinado y adonde se derivaban los muertos en los centros de detención. El agente desertó y sacó del país unas imágenes en las que «un número significativo de los muertos están demacrados y una minoría significativa había sido amarrada o golpeada con objetos parecidos a una barra», según los expertos que calificaron la práctica en este lugar de «una matanza a escala industrial».
Este informe sobre torturas y cada una de sus imágenes se suma a la larga lista de atrocidades que en los últimos tres años han salido a la luz desde Siria y de las que régimen y oposición se han acusado mutuamente. El 25 de mayo de 2012 Houla, cerca de la ciudad de Homs, encendió las alarmas internacionales con la muerte de 108 personas. Las imágenes de los cuerpos de niños ejecutados tendidos en el suelo con tiros en sus cabezas dieron la vuelta al mundo iniciando una lista de atrocidades que parece no tener fin. Después de Houla llegaron otras masacres sectarias de civiles en Qubair o Tremseh, ejecuciones masivas como las del río Queiq de Alepo, donde una mañana aparecieron más de cien cuerpos maniatados y con un tiro de gracia, o matanzas con armas químicas como en Jobar, a las afueras de Damasco, que estuvo a punto de costarle al régimen el ataque de EE UU.
Durante los dos primeros años de conflicto la oposición documentó la guerra a base de colgar en internet vídeos de torturas, bombardeos y matanzas llevadas a cabo por fuerzas leales a El-Asad, pero la irrupción de grupos opositores extremistas en escena, como el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), dio un giro a la situación. Los combatientes próximos a Al-Qaida comenzaron a subir a la red decapitaciones, algunas llevadas a cabo por menores, ejecuciones en masa ordenadas por tribunales islámicos y hasta un vídeo de un rebelde comiéndose el corazón de un soldado de El-Asad. Las organizaciones de derechos humanos denuncian las atrocidades de ambos bandos.
Ausencia de Irán
La conferencia de Ginebra II, llamada de esta forma porque se basa en los puntos acordados hace dieciocho meses en la misma ciudad, arranca sin la presencia de Irán, el gran aliado de Bashar el-Asad al que Ban Ki-moon invitó el martes, pero al que pocas horas después tuvo que retirar la invitación debido a las presiones de la oposición siria y Estados Unidos. «Todo el mundo sabe que sin Irán, las posibilidades para alcanzar una verdadera solución en Siria no son tan grandes», declaró el viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abas Araghchi, a la televisión estatal.
Rusia será el gran apoyo para un régimen que acude con una delegación encabezada por el ministro de Exteriores, Walid Muallem, y la asesora presidencial, Buzaina Shabaan. Fuentes oficiales consultadas por el canal Al Yasira aseguraron que el discurso de los enviados de El-Asad se va a centrar en la «guerra contra el terror» y, además de ofrecer el alto el fuego en Alepo y el intercambio de presos, tal y como adelantó Muallem en su reciente viaje a Moscú, pedirá que a partir de ahora las negociaciones se desarrollen en suelo sirio.
La oposición estará encabezada por el líder de la Coalición Nacional (CNFROS), Ahmed Yarba, que a última hora tuvo que rehacer su equipo negociador debido a la decisión del Consejo Nacional Sirio (CNS), principal grupo de la alianza, de no acudir a Ginebra «porque no se ofrecen las garantías internacionales mínimas», según su dirigente Mouayad Chozlan.