El PSOE rechaza el «frentismo» con los populares en Cataluña

Le ha costado cierto esfuerzo que se entienda que su rechazo a la independencia es tan categórico como el del PP o UPyD, a pesar -o quizá precisamente por- la bronca que durante meses mantuvo con el PSC a cuenta del significado del derecho a decidir. Ahora incluso la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, se felicita de que el primer partido de la oposición «tenga las cosas tan claras». Pero la número dos del partido, Elena Valenciano, dejó claro ayer que una cosa es compartir el barco de la unidad de España y otra estar de acuerdo en el rumbo a seguir.

«El Gobierno sabe que puede contar con nosotros para decir un no como una casa a la independencia de Cataluña -insistió en la cadena Ser-, pero no para que no hagamos nada; para una política frentista no puede contar con el PSOE», dijo.

Al término de una reunión del comité de dirección del partido, Cospedal recordó que el PP catalán envió en su día cartas a varios partidos para intentar sumar fuerzas en la defensa del orden constitucional, pero aseguró que en ningún caso se piensa en la celebración de actos conjuntos. No tendría mucho sentido toda vez que los socialistas sostienen que la única salida al conflicto político abierto en Cataluña es una reforma de la Constitución que ahonde en los aspectos federales del modelo autonómico.

El principal partido de la oposición ni siquiera ha conseguido que el PP dé su visto bueno a la creación de algún tipo de grupo de trabajo parlamentario para el estudio del sistema territorial, una propuesta varios escalones inferior a una ponencia de reforma constitucional con la que los socialistas aspiraban, al menos, a abrir un espacio para el debate sosegado en el Congreso de los Diputados con el argumento de que la Cámara baja no puede permanecer ajena a esta crisis. Aún así, es de prever que PP y PSOE irán de la mano cuando las Cortes debatan, en marzo o abril, el texto que el jueves pasado aprobó el Parlamento de Cataluña a favor de pedir la competencia -a juicio de populares y socialistas indelegable- para celebrar referendos.

Pero también el exministro Ramón Jáuregui insistió en que el PSOE no comparte el «inmovilismo» del partido gubernamental. «No nos verán juntos -advirtió- para darles con la Constitución en la cabeza a los catalanes».