Los cigarrillos electrónicos se cuelan en la ley de consumidores
El trámite parlamentario de la nueva norma comenzará mañana en el Congreso de los Diputados con las enmiendas a la totalidad
MADRIDActualizado:La regulación de los cigarrillos electrónicos no será tan rápida como el Ministerio de Sanidad esperaba. Durante su última reunión de diciembre, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) analizó la situación de estos productos y decidió prohibir su uso en zonas infantiles, centros de salud y hospitales, colegios, los transportes públicos y en aquellos lugares de atención al público de la administración pública, después de que Europa marcara unas primeras normas.
Era una medida de urgencia que el Gobierno y las comunidades autónomas tomaban para poner orden en un sector en auge, pero que suscita muchas polémicas. Las sociedades científicas, por ejemplo, exigen que se vendan en farmacias o estancos debido a que contienen nicotina.
Para conseguir que esta decisión del CISNS llegará cuanto antes a la calle, se solicitó a los grupos parlamentarios que estudiaran el texto y le buscaran acomodo en alguna de las leyes que están en tramitación parlamentaria. Y el lugar elegido, según han confirmado fuentes del Grupo Parlamentario Popular, es la ley de consumidores que la Cámara baja debatirá desde mañana.
Pero eso no implica que la premura que esperaban la ministra y los consejos se plasme en el Congreso. Después del debate de esta semana, se abre un proceso para presentar enmiendas parciales en comisión, otro debate en el Congreso, viaje al Senado, vuelta a la carrera de San Jerónimo y publicación en el BOE. En definitiva, que los grupos parlamentarios dudan que la nueva normativa pueda estar en vigor antes de primavera.
Unos tiempos que han provocado que los gobiernos autonómicos actúen de forma independiente. Cataluña y la Comunidad Valenciana ya avanzaron unas normas similares a la estatal y de ejecución inmediata y Andalucía espera que la suya esté en funcionamiento este mismo mes. Unas medidas que sirven de un primer parche hasta decidir qué va a pasar con los vapeadores, cómo se van a legislar y si tendrán la misma consideración que los cigarrillos tradicionales.
Es decir, que no se pueden usar en ningún sitio cerrado. La normativa comunitaria, en este sentido, es clara: deja esta potestad a los estados para que hagan lo que determinen oportuno. Europa solo fija cómo deben ser los ‘e-cigarrilllos’: una concentración máxima de nicotina de 20 miligramos por milímetro, con un límite de recargas de 2 milímetros.