Centro de control del CERN. / Archivo
CIENCIA

Partículas que mueven el mundo

El CERN conmemora su sesenta aniversario con un ciclo de conferencias, apta para no iniciados, que reivindican la física como impulsora de tecnologías que transforman y mejoran la sociedad

MADRID Actualizado: Guardar
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Hace seis décadas la vieja Europa trataba levantar el vuelo mientras cicatrizaban las heridas de una pesadilla de trágicas dimensiones. La barbarie que había penetrado en la realidad del continente durante las funestas décadas anteriores derivó en una obsesión por redefinir hasta el último fleco de la sociedad. La ciencia asumió su grado de responsabilidad en un tiempo en el que pareció abandonar su inspiración humanista para situarse al servicio de la destrucción. A partir de entonces, la investigación retomaría una senda que nunca debió abandonar: la paz y el progreso. Este espíritu impulsó la creación de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), que celebra su sesenta aniversario con un repaso a los hitos y retos más relevantes de su historia en un ciclo de conferencias acogidas por la Fundación BBVA.

Los terrenos por los que transitan los más de 11.000 científicos, 500 de ellos españoles, que intervienen en sus múltiples proyectos tienen una trascendencia difícil de asumir para los no iniciados. El hallazgo de la ‘partícula de Dios’ –extravagante y controvertida etiqueta empleada en los medios para referirse al bosón de Higgs- nos aproximó a su compleja labor. Pudimos comprender entonces la importancia de esa descomunal obra arquitectónica que era el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), activo desde 2008 en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia excavado en Ginebra. El CERN se propone ahora explicar, no sólo los descubrimientos de la física, sino su papel en el desarrollo de tecnologías que han acabado definiendo la vida cotidiana.

Uno de los proyectos más ambiciosos de la institución podría marcar un punto de inflexión en la detección y tratamiento del cáncer. En colaboración con el hospital de Marsella, el CERN trabaja en un nuevo aparato de mamografías que permitirá la detección de tumores tres o cuatro veces más pequeños, haciendo posible un diagnóstico precoz que “marcará una gran diferencia en cuanto a probabilidad de supervivencia”, como destacó Sergio Bertolucci, director científico del centro, quien espera que el sistema “pueda estar a disposición de los hospitales en un año”.

Revolucionando la medicina

Este dispositivo aúna las virtudes de dos hitos del CERN: la tomografía por emisión de positrones –medicina nuclear, en términos clínicos- y una variante mejorada de la clásica ecografía por ultrasonidos. La ventada de su funcionamiento reside en el empleo de "un tipo de sensor más refinado", cuya eficacia es "tres o cuatro veces” mayor que la habitual en la detección de calcificaciones, llegando a localizar tumores de 1 a 1,5 milímetros.

No es la primera aportación del prestigioso laboratorio al ámbito clínico. La física de partículas lleva años removiendo los cimientos de la medicina oncológica. Suya es la técnica que utiliza haces de protones para radiar las células tumorales, más efectivos y menos nocivos para el organismo que otros sistemas de radioterapia.

Pero las implicaciones del CERN no se limitan al ámbito de la ciencia. Tim Berners-Lee trabajaba en los laboratorios de Ginebra en 1989 cuando gestó la ‘World Wide Web’, el sistema de distribución de información a través de internet, cuya estandarización fijó la base de la revolución digital que ha transformado la sociedad. Incluso la pantalla táctil, una tecnología infiltrada de forma asombrosa en nuestra rutina, nació bajo su techo. Ninguno de los dos hallazgos pasó por la oficina de patentes. Y es que como subrayó Bertolucci, “el éxito de una idea reside en que pueda usarla todo el mundo”.

De regreso al campo de la física, entre los retos más apasionantes afrontados por la institución, y que serán desmenuzados en las ponencias, se encuentra la constatación de la supersimetría, una teoría que superaría el actual modelo estándar de la física de partículas y podría arrojar luz sobre la enigmática materia