Una dimisión con incógnitas

La dimisión del alcalde de ElPuerto, Enrique Moresco, ha sido la crónica de una muerte anunciada. El PP acabó ayer con las conjeturas, especulaciones y rumores que han mantenido en jaque al regidor portuenses desde hacía meses. Moresco se va de la Alcaldía argumentando razones personales y explicando que es hora del relevo después de 23 años en política. El PP ha tirado de su libro de estilo para explicar una dimisión que arroja serias dudas. No se entiende un cambio a mitad de legislatura cuando, según el alcalde y el propio PP, la gestión es todo un éxito. La persona que sustituye a Moresco es el concejal y diputado Alfonso Candón, cuyo nombre ha sonado siempre como recambio y cabeza de lista para las municipales de 2015. Con esta decisión, el PP se adelanta a la jugada y coloca en la Alcaldía a su candidato municipal. Le da algo más de un año de rodaje para que se haga con las riendas del consistorio y, sobre todo, empatice con los vecinos. Pero detrás de esta maniobra política se esconden otros motivos que han acelerado la dimisión de Moresco.

El PP habla de transparencia, confianza, estabilidad y seguridad y, desde luego, niega cualquier crisis, trauma o conflicto en el equipo de Gobierno portuense. Sin embargo, detrás de esta actuación se aprecian síntomas que evidencian la necesidad de una intervención inmediata. El PP fichó a Moresco en 2007 para conquistar la Alcaldía de El Puerto y recoger el voto de los descontentos de Independientes Portuenses. La jugada salió bien. Moresco logró mayoría simple, pero el movimiento no fue el mismo en 2011. Moresco repitió en la lista del PP, pero no pudo lograr la ansiada mayoría absoluta, lo que obligó de nuevo a pactar. Las encuestas internas revelan ahora un desgaste y una posible bajada del PP. El partido lo quiere evitar. Tampoco ha ayudado la gestión de Moresco en el caso Visteon.