Un humorista llamado David Cameron
El primer ministro británico se luce con bromas muy aplaudidas en la cena de los corresponsales en Londres, que no se celebraba desde 1974
MADRID Actualizado: GuardarDavid Cameron recuperó este pasado jueves un evento que no se veía en Londres desde 1974: la cena de los corresponsales. Institucionalizado en Washington como uno de los acontecimientos político-periodísticos del año, el momento en que el presidente de la nación más poderosa del mundo se suelta el pelo, resultaba extraño que en Reino Unido, patria de la ironía, no existiera un acontecimiento así. Pero tras el éxito de esta edición, parece que la cena de los corresponsales británicos se va a convertir en una tradición.
A Cameron se le pueden achacar muchos defectos, pero todos, compañeros y adversarios, coinciden en reconocerle una gran habilidad para manejarse ante los micrófonos. Y el jueves volvió a demostrarlo. Si es verdad aquello de que reírse de uno mismo es la mayor prueba de inteligencia, el primer ministro británico es un tío inteligente. Sus chistes, o los de sus asesores, que seguro que se devanaron los sesos más que con cualquier otro discurso, estuvieron a la altura.
Como no podía ser de otra forma, Cameron comenzó diciendo que estaba muy contento de recuperar la tradición: "La última vez que se celebró esta cena (recordemos, 1974), Boris (Johnson, alcalde de Londres) acabó la noche en la cárcel". Posiblemente, Cameron estuviera diciendo la verdad.
Y es que Johnson está en todas. Otro de los chistes más aplaudidos de la noche fue ese en el que primer ministro ironizó con la fama de Don Juan del alcalde de Londres: "En una jornada de campaña electoral, una atractiva mujer de mediana edad llamó a la puerta de nuestro local y empezó a decir: 'Boris, ¡qué alegría verte! ¡Tú eres el padre de uno de mis niños!'. Se le puso todo el pelo de punta y empezó a decir: '¡Dios mío! ¿Tú quién eres? ¿De la prensa? ¿Quieres dinero?'. Y ella contestó: 'No, tranquilo, uno de mis chicos es tuyo. Soy la profesora de Matemáticas".
El pelo de Cameron también dio mucho juego. Primero, cuando el 'premier' explicó cuál es su gran preocupación en la actualidad: "Mantener mi coronilla escondida". En las últimos meses, la prensa ha hecho muchas chanzas con la incipiente calvicie del primer ministro. Pero mejor aún fue cuando trató de justificar que su peluquero, Lino Carbosiero, haya sido nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico, un reconocimiento criticado por la oposición. Pero a Cameron le salió una buena metáfora económica: "Alguien que es capaz de cortar y frenar la recesión al mismo tiempo merece ese honor".
Cuentan los que asistieron a la gala que todos se rieron bastante, y en Twitter, ese picador de seres humanos, las opiniones han sido favorables, así que, lógicamente, surge una pregunta: ¿Tomará nota el señor Rajoy, tan irónico él, y tendremos cena de corresponsales en el futuro en España? Si fuera así, la cosa promete.