La Fiscalía acusa de homicidio a ocho mossos por el 'caso Raval'
El empresario barcelonés Juan Andrés Benítez falleció tras recibir varios golpes en la cabeza cuando estaba reducido por los agentes
BARCELONA.Actualizado:La fiscal encargada del 'caso Raval', en el que se investiga la muerte del empresario barcelonés Juan Andrés Benítez horas después de ser reducido por la Policía catalana en pleno centro de Barcelona, ha acusado de homicidio a los ocho agentes de los Mossos implicados en la actuación. El Ministerio Público abre además la puerta a considerar doloso (consciente y voluntario) este delito contra la vida, en función del resultado de una nueva ronda de diligencias que ha solicitado practicar antes de llegar a juicio.
La fiscal Elena Contreras presentó ayer al juez instructor su relato de los hechos en el que concluye que la actuación policial fue «desproporcionada» en el número de agentes, en los golpes infligidos para reducir a la víctima y en la duración temporal de la contención, «a todas luces excesiva». A su juicio, los policías sometieron a Benítez a una «situación de peligro y riesgo innecesaria, que podía comprometer su vida».
El trágico suceso, que ha vuelto a poner en cuestión algunos métodos de funcionamiento de los Mossos d'Esquadra, se remonta al 6 de octubre del año pasado. Juan Andrés Benítez, de 50 años, falleció en el Hospital Clínic de Barcelona después de ser reducido por ocho agentes de la Policía autonómica que acudieron al lugar de los hechos porque la víctima se había peleado con otra persona.
Según la autopsia, murió por múltiples traumatismos en la cabeza que desencadenaron un fallo cardiaco. En un principio la Policía catalana argumentó que Benítez cayó inconsciente después de ser esposado. La juez instructora encargó una nueva investigación al Cuerpo Nacional de Policía que concluyó que al menos dos de los mossos golpearon cinco veces la cabeza de la víctima cuando ya estaba inmovilizada.
Estado de inconsciencia
Según señala ahora la fiscal, los agentes provocaron a la víctima un estrés que, unido a los golpes, puñetazos, rodillazos y patadas diversas que le propinaron, y el uso de porra o defensa policial en posición horizontal, llevaron a Benítez a un estado de inconsciencia y a una situación de parada cardiorrespiratoria. A pesar de este «estado totalmente inerte» fue introducido por los imputados en el vehículo policial, esposado «y con los pies sujetos a las manos por la espalda», denuncia la fiscal. El Ministerio Público concluye que las 16 lesiones que le provocaron los policías, sobre todo las ocasionadas en el cráneo, junto a una enfermedad cardiaca que padecía la víctima, el consumo de cocaína en las horas anteriores a estos hechos y la propia contención y reducción ejercida y el subsiguiente estrés generado por la misma, determinaron la parada cardiaca, falta de riego al cerebro y, por consiguiente, el fallecimiento de Benítez.
En una comparecencia para delimitar los hechos delictivos -a la que asistieron los agentes implicados-, el abogado de la familia de Benítez acusó a los agentes de detención ilegal y de asesinato, ya que entiende que no pudo defenderse. En cambio, la defensa de los ocho mossos reclamó que se archive el caso y que se practique una nueva autopsia.