Juan Cotino, a su salida ayer de la Audiencia Nacional tras declarar como testigo en la causa de la supuesta caja B del PP. :: J. J. GUILLÉN / EFE
ESPAÑA

Cotino declara ante Ruz que la fatalidad le condujo a la sede del PP el 11-M

Niega haberse reunido ese día con Bárcenas, que registró un donativo de 200.000 euros en B, pero sí con un asesor de Rajoy ya fallecido

MADRID. Actualizado: Guardar
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No entraba dentro de sus planes, pero la fatalidad del peor atentado sucedido en la historia reciente en España, el de los trenes de Atocha del 11 de marzo de 2004, le condujo a la sede nacional del PP, en la calle Génova 13 de Madrid. Esta fue la versión que ayer contó en la Audiencia Nacional el presidente de Las Cortes valencianas Juan Cotino, que declaró como testigo en la causa que investiga el juez Pablo Ruz por la supuesta contabilidad B de los populares.

Durante media hora de interrogatorio, Cotino trató de rebatir las acusaciones lanzadas por el extesorero Luis Bárcenas, que en julio pasado reveló en sede judicial que el día de los atentados el testigo entregó en mano, en el despacho del entonces tesorero Álvaro Lapuerta, un donativo de 200.000 euros a nombre de Sedesa, la empresa de su sobrino Vicente Cotino Escrivá, imputado en esta causa y en la financiación irregular del PP valenciano.

El periplo que relató Cotino para llegar a la sede del PP aquel funesto día «fue de lo más singular», según fuentes jurídicas presentes en su declaración. Comentó que se trasladó de Valencia a Madrid en avión a primera hora, ya que tenía concertada una entrevista con un alto cargo del Ministerio de Interior, José María Cervera, para hablar del Centro de Internamiento de Extranjeros de Valencia, ya que por aquel entonces era delegado del Gobierno de esa comunidad.

Tras aterrizar en el aeropuerto de Barajas, contó que se enteró de los atentados islamistas, suspendió la cita en Interior y se trasladó de inmediato a la Dirección General de Policía para encontrarse con el comisario Gabriel Fuentes y conocer los pormenores de las explosiones. Después fue a la estación de Atocha y más tarde, en pleno caos, se trasladó a la sede de Génova 13 para ver a su amigo Francisco Villar, jefe de gabinete de Mariano Rajoy.

«Subí directamente a la planta séptima, donde se encontraba el despacho de (Francisco) Villar, y no a la sexta (donde se encontraban los de Lapuerta y Bárcenas)», aseguró Cotino a preguntas del juez Ruz para desmentir la entrega de donativo alguno, según fuentes jurídicas. «¿Y qué trató con el señor Villar?», requirió el instructor. «Hablamos de los atentados, ya que le recuerdo que yo fui director general de la Policía (entre 1996 y 2002, antes de ser nombrado delegado del Gobierno en Valencia)», contestó.

Una venganza

La versión del presidente de Las Cortes podría cotejarse con facilidad si le preguntaran por esta cita a Villar, pero el que fuera secretario de Estado, diputado y tesorero del grupo popular en el Congreso, falleció en octubre de 2011 a los 63 años, por lo que la declaración de Cotino, que tenía obligación de decir verdad, no tiene quien la respalde.

Otra historia es la razón, a juicio de Cotino, por la que Bárcenas anotó su nombre junto a una donación de 200.000 euros de la empresa de obras y servicios Sedesa, de la que reconoció por vez primera que fue accionista minoritario con un 9% en aquella época. Para Cotino, el extesorero mintió al incluirle en su contabilidad porque nunca tuvo tratos comerciales con él ni con Lapuerta.

«Yo nunca le he dado nada al señor Bárcenas, nunca le he dado nada al señor Lapuerta. Es falso que yo le hubiese dado nada ni en nombre propio ni en nombre de nadie. Por lo tanto, no entiendo por qué está ese apunte», aseguró el presidente a su salida de la Audiencia Nacional.

Durante la comparecencia, sin embargo, se explayó más sobre este asunto. Dijo que Bárcenas podría haber querido vengarse de él porque ambos discutieron en 2009 a cuenta del trato que le estaba dando el comisario jefe de la Policía Judicial, Juan Antonio González, tras estallar el 'caso Gürtel'. Una explicación un tanto «inverosímil» para las acusaciones, ya que Cotino fue director general de la policía hasta 2002 y el caso de corrupción se conoció en 2009.

Por su parte, su sobrino Vicente Cotino solo contestó como imputado a las preguntas del juez y del fiscal Antonio Romeral, las pocas que hizo, y negó haber hecho donaciones al PP «ni en Madrid ni en la Comunidad Valenciana». Asimismo, añadió que «nunca» utilizó a su tío para hacer negocios.

El empresario no aportó explicación alguna sobre el aumento de contratos adjudicados por administraciones del PP en 2004, según un informe policial. Y es que Sedesa pasó de obtener obras en 2002 y 2003 por valor de 18 y 19 millones de euros, respectivamente, a más de 60 el año siguiente, cuando se produce el supuesto donativo.