Monago agita la rebelión interna del PP contra la reforma del aborto
El presidente extremeño exige en la Asamblea regional que Gallardón retire la ley en busca «de un mayor consenso»
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Antonio Monago aprovechó su última alocución de 2013 para meterse de lleno en la polémica nacida diez días antes en la mesa del Consejo de Ministros. Fiel a su línea de no callarse lo que piensa, el presidente de Extremadura dejó entonces clara su postura contraria al anteproyecto de reforma de la ley del aborto que impulsa el ministro de Justicia y compañero de partido. No es la primera vez que Monago disiente con la línea marcada desde Madrid. Ya anunció en su día que quería rebajar al 13% el IVA cultural situado en el 21%, compensar con 200 euros a las pensiones no contributivas o mejorar la financiación autonómica. También anunció en su momento que iba a mantener la reproducción asistida sin modificaciones y no como la ha modificado el Ministerio de Sanidad, que la ha restringido.
Pero el penúltimo paso del líder del PP extremeño, el más audaz hasta ahora, se produjo en la Asamblea regional. El portavoz de los populares en la Cámara regional, Miguel Cantero, presentó ayer una propuesta de pronunciamiento en la que solicita al Gobierno central la paralización del texto gubernamental ante el rechazo social que ha suscitado el proyecto. El PP regional solicita que no se avance en la tramitación parlamentaria hasta que no se consiga una norma «mucho más consensuada, acorde con la sociedad plural y secularizada de hoy, y en consonancia con las legislaciones de los países de nuestro entorno».
Los populares de Extremadura temen que el texto que plantea el ministro de Justicia corra la misma suerte que el que aprobó el anterior Gobierno socialista. «Será una ley efímera y de corto recorrido que volverá a ser modificada en cuanto se produzcan nuevas mayorías o equilibrios parlamentarios», apunta el portavoz popular. Por este motivo, apuesta por que la nueva regulación contemple una seguridad jurídica de las mujeres, una mayor prevención contra los embarazos no deseados y una educación sexual que «recorra todos los estadios educativos, desde la coeducación real y efectiva y la transmisión de valores de igualdad entre hombres y mujeres».
Además, ofrece alternativas a los dos supuestos para abortar que planteó Alberto Ruiz-Gallardón, como una «combinación racional» de los plazos con la regulación específica de determinados supuestos «tales como malformaciones, embarazo de menores de edad o violaciones, entre otros». La propuesta de los populares extremeños se convierte en la primera disidencia formal y por escrito en el seno de las filas del partido del Gobierno, que ha visto cómo la modificación del aborto se ha convertido en una patata caliente. La diputada y exministra Celia Villalobos pidió libertad de voto y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo también solicito más consenso.
Debate europeo
La polémica sobre el aborto llega hoy a la Eurocámara en una propuesta impulsada por los socialdemócratas, grupo al que está inscrito el PSOE, de la izquierda unitaria y los liberales. «Este proyecto de ley va en contra de la libertad, de la dignidad y supone un retroceso histórico en una lucha de las mujeres para garantizar los derechos de igualdad», apuntó la eurodiputada socialista Iratxe García en Estrasburgo, donde estuvo acompañada por el presidente del grupo socialdemócrata, Hannes Swoboda. «No se trata de estar a favor o en contra del aborto sino del derecho de la mujer a decidir», comentó el político austriaco.
Por otra parte, el eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer señaló que el de España es el «primer caso de la UE de un cambio legislativo para ir hacia atrás en los derechos de la mujer». Los eurodiputados señalaron el peligro de esta reforma que discriminaría a las mujeres en función de sus ingresos. Aquellas con recursos podrían practicarse abortos en los vecinos países en donde es legal -una asociación aragonesa, 'Amparo Poch', anunció ayer la creación de una red para abortar en el extranjero- y aquellas sin recursos lo harían en la clandestinidad, con los subsecuentes peligros para su salud que ello implica.