Desconfianza total en las fuerzas políticas y sus líderes

La corrupción y la crisis económica han incrementado la desafección de los españoles hacia la política y los partidos. Hasta el punto que el índice de confianza de los ciudadanos está a la cola de Europa y toca fondo en lo que se refiere a las organizaciones y a sus dirigentes. Y eso que el estudio se hizo hace un año, antes de Luis Bárcenas o de los ERE; si se hubiera efectuado ahora es probable que los resultados fueran aun peores.

Según la Encuesta Social Europea, realizada en 29 países, la ciudadanía española otorga una nota de 1,9 sobre 10 a los políticos y un 1,88 a sus partidos, el registro más pobre desde que se publica este trabajo hace una década. La Policía es la única institución que aprueba el examen, mientras que el Parlamento español y el sistema judicial no pasan del 3,4. La encuesta, en cambio, no pregunta sobre la Monarquía.

Este distanciamiento de la población hacia los políticos no significa que los españoles tengan menos interés por la cosa pública y de hecho por primera vez en una década ha aumentado el interés por la política. El porcentaje aún es bajo respecto a los países más concienciados -al 34% de los españoles les interesa bastante o mucho la política, frente al 69% de Dinamarca, o el 64% de Alemania y Holanda-.

Eso sí, lo que crece es el apego por otro tipo de política, la que tiene que ver con movilizaciones, protestas, recogidas de firmas, colaboración con organizaciones o plataformas de acción ciudadana. Así, España es el país europeo que registra mayor porcentaje de participación en manifestaciones. «La gente cada vez está más atenta, es más crítica y usa mecanismos de movilización no convencionales como alternativa», afirma el coordinador de la encuesta en España, el catedrático de Ciencia Política Mariano Torcal.