La banca acreedora se plantea quedarse con Pescanova

La margarita sobre el futuro de Pescanova se está quedando sin hojas y la banca acreedora no está dispuesta a que le salga un 'no'. Encima de la mesa hay dos propuestas para la ampliación de capital que se requiere para inyectar, al menos, los 185 millones de euros que, según la consultora PwC, la multinacional precisa a corto plazo para su viabilidad.

La principal, apoyada por el actual consejo de administración, esta liderada por la cervecera Damm junto a los fondos KKR, Ergon Capital y Luxempart. Plantea inyectar hasta 250 millones en una compañía que, de primeras, necesitaría 98 millones para evitar el cierre. Sus rivales, los fondos Centerbridge y BlueCrest llegarían a los 300 millones.

Pero a las entidades financieras -que agrupan la mayoría de los 4.218 millones que adeudaba Pescanova al cierre de 2012, cuyo agujero patrimonial se sitúa en 1.487 millones- les preocupan más las elevadas quitas que ambos proponen a cambio de su inversión: hasta un 92% en el caso de Damm y sus socios frente a casi el 80% de los otros. Asimismo, la banca extranjera rechaza la continuidad de los accionistas actuales, como Damm, mientras que la nacional estudia su propia oferta, con una inyección de 250 millones en dos fases y una quita del 60%.

En esta tesitura, la banca acreedora se plantea «seriamente», según fuentes del sector, alcanzar un convenio con el resto de acreedores (incluidos proveedores y organismos públicos). La idea sería que las entidades capitalizarán parte de lo que se les debe -hasta alcanzar, al menos, el 51% del capital-, lo que les daría el control temporal de Pescanova, pues su voluntad sería venderla a medio a plazo -uno o dos años, apuntan- .

En realidad, sería una operación 'acordeón' que afectaría tanto a la matriz como a sus filiales, aunque sólo a las que resultaran viables pues el resto se liquidaría. En el primer grupo está Pescanova Chile, también en concurso y que podría ser vendida en breve a empresas de aquel país.