Una institución en entredicho
Más allá de los matices procesales, los ciudadanos deben saber si el Ayuntamiento de Jerez era un coladero para enchufes con dos alcaldes distintos
Actualizado:Es una cuestión de perspectiva. Desde el punto de vista político puede parecer un ajuste de cuentas entre rivales. El denunciante es el exalcalde de Jerez, el sempiterno Pedro Pacheco Herrera que consideró una afrenta que su sucesora en el cargo le achacara irregularidades en la gestión. Ella también tenía, al parecer, motivos para comparecer ante un tribunal y el andalucista se empeñó en que así fuera. Un reconfortante ejemplo de lealtad política entre partidos.
Desde un punto de vista jurídico, es un reto comprobar si la denominada 'doctrina Botín' es aplicable al caso. Es decir, si la acusación particular es suficiente para sentar a un alto cargo, de una empresa o de una institución, en el banquillo de los acusados. El precedente del banquero fue favorable a los intereses del más poderoso que quedó exento de dar explicaciones.
Pero hay un tercer punto de vista, el más importante pero el menos comentado. Es el del ciudadano. Para el vecino de Jerez, de la provincia por extensión, lo fundamental es saber qué sucedía en el Ayuntamiento jerezano, qué se hacía con el dinero que pagan entre todos los vecinos, qué uso se daba a la institución pública. Hasta ahora, Pacheco fue condenado por colocar a compañeros como asesores que ni siquiera acudían a trabajar. Ahora se achaca algo parecido a la exalcaldesa socialista. Para los contribuyentes, ambos casos se suman, no se neutralizan el uno al otro. Al contrario, se agravan. No suponen ningún consuelo. De ningún tipo.