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MUNDO

Los egipcios votan su nueva Constitución

El referéndum pondrá a prueba la legitimidad del Gobierno surgido del golpe militar, que espera una elevada participación y el triunfo del 'sí'

PAULA ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

Los egipcios vuelven hoy a las urnas para votar una nueva Constitución, el texto que consolidará el camino abierto por los militares durante el golpe de estado del pasado verano contra el islamista Mohamed Mursi y que abrirá la puerta a la candidatura del general Abdelfatah el-Sisi para convertirse en el próximo presidente de Egipto. Con la oposición islamista llamando al boicot y una minúscula y casi invisible campaña por el 'no', la única incógnita que queda por desvelar en este referéndum, en el que las nuevas autoridades han puesto todas sus expectativas, es la de la participación.

El tercer referéndum constitucional de los últimos tres años, que tendrá lugar hoy y mañana, se celebra en un ambiente de tensión y cisma social, en el que 160.000 militares y hasta 200.000 policías velarán por la seguridad de los colegios electorales del país ante el miedo de que puedan producirse ataques violentos.

Las autoridades llevan semanas inmersas en una auténtica batalla por la participación. Desde los periódicos, la radio y la televisión, a través de mensajes de texto, en cientos de miles de carteles que han empapelado las ciudades del país, el 'sí' a la Constitución es omnipresente en Egipto. Y no sólo desde las autoridades. Empresarios que se hicieron ricos durante el régimen de Mubarak han lanzado sus propias campañas a favor de la ratificación de la Carta Magna, un esfuerzo económico que algunos de ellos ya desempeñaron -entonces más discretamente- a favor de las manifestaciones masivas que desembocaron en el golpe contra Mursi.

La importancia de la participación no es baladí. El general El-Sisi, que hasta ahora se había dejado querer por sus miles de seguidores que le suplicaban que se presentara a las presidenciales, desvelaba esta semana el secreto peor guardado de Egipto: será candidato si «se lo pide el pueblo y con la autorización del Ejército». Es decir, si una amplia mayoría de egipcios respaldan la Constitución, acuerdan los analistas. Un porcentaje que desde el entorno del jefe del Ejército sitúan en más del 70% y con una participación decente.

Pocos egipcios reconocen haber leído la nueva Constitución, «pero eso no es importante, ya que la gente votará según su afiliación política y, si están de acuerdo con el camino que emprendieron los militares en julio, votarán que sí», asegura Hasan Nafaa, politólogo de la Universidad de El Cairo. No sólo la política estará presente hoy. Muchos, como le sucede a Asmaa Mahmud, un ama de casa del barrio cairota de Maadi, apoyarán el texto «porque tenemos que seguir adelante con lo que sea, no podemos seguir estancados eternamente en una situación que está destrozando el país».

La de hoy será la primera votación desde la revolución de 2011 que no ganarán los Hermanos Musulmanes. La Cofradía, que hoy, en sus horas más bajas y con sus líderes en la cárcel, boicotea la cita, ha puesto en los últimos años su poderosa maquinaria de movilización al servicio de sus candidatos o, como ocurría hace poco más de un año, para sacar adelante una Constitución redactada sin consenso nacional por una mayoría islamista. Hoy sacarán a sus seguidores a las calles para rechazar, una vez más, el statu quo instaurado con el derrocamiento de Mursi.

División entre islamistas

El golpe de Estado ha dividido también al sector islamista egipcio que, en realidad, nunca fue monolítico. El partido salafista Al-Nur, que en verano apoyó a los militares para castigar a la Cofradía por el daño que su gestión había infligido a la imagen de la corriente islamista, ha hecho campaña por el 'sí'. Su líder, Yaser Borhami, animaba esta semana a sus seguidores a no rechazar la Constitución ya que Egipto podría enfrentarse a «una intervención extranjera, la división en las fuerzas armadas, el colapso de la economía o incluso una guerra civil». Al-Nur ha sido el único partido islamista que ha contado con un miembro en la comisión de 50 personas encargada de redactar la Carta Magna y, aunque ha tenido que aceptar rebajar el tono islamista del texto refrendado el año pasado, están satisfechos con el resultado.

El nuevo texto, redactado por una mayoría laica, protege mejor que anteriores constituciones los derechos de la mujer o la infancia. Sin embargo, deja la puerta abierta a leyes restrictivas como la aprobada el pasado noviembre, que regula las manifestaciones y que ha llevado a la cárcel a algunos de los principales activistas prodemocracia de Egipto. El documento también permite que civiles sean juzgados en tribunales militares y consagra la independencia del Ejército, que queda ajeno a la supervisión civil.

Estos puntos son los que han llevado a grupos revolucionarios como el movimiento 6 de Abril, que en verano apoyó el golpe contra Mursi, a oponerse a una Constitución que afianza, aseguran, el poder de los militares. Hacer campaña por el 'no', sin embargo, ha sido casi imposible.