En el silencio de Arlington
El Gobierno intenta magnificar el viaje a Estados Unidos, pero la agenda es similar a la de otros mandatarios que visitan Washington
WASHINGTON. Actualizado: GuardarEl equipo de colaboradores de Mariano Rajoy confían en que la entrevista con Barack Obama suponga un punto de inflexión en la legislatura. Una cita que la Moncloa intenta magnificar sin necesidad, otorgando la categoría de excepcional a una agenda que es casi la misma que siguen otros mandatarios que visitan la Casa Blanca.
Rajoy comenzó la jornada con una ofrenda floral en la tumba del Soldado Desconocido en el cementerio de Arlington. Pues bien, fuentes del Ejecutivo se empeñaron en destacar que las autoridades norteamericanas habían tenido la deferencia de abrir el cementerio para Rajoy porque está cerrado los lunes. Pero nada más llegar a Arlington, los 63 periodistas acreditados para la visita vieron que la actividad era normal en el cementerio, donde incluso se estaba enterrando a un veterano. Sin embargo, la Moncloa se enrocó en su tesis. Al final, una simple visita a la web oficial de Arlington desvela que el cementerio está abierto los 365 días al año.
El Gobierno también ha puesto el acento en la «inusual» concesión que ha hecho la Casa Blanca al permitir que los periodistas puedan formular una pregunta a cada presidente, pero lo cierto es que se trata de la misma fórmula que se sigue en todas las comparecencias conjuntas que realiza Obama con mandatarios europeos. De hecho, la visita de Rajoy está catalogada como visita oficial de trabajo, que es la segunda, de un total de cuatro, en relevancia, por detrás de la visita oficial de Estado, rango que tendrá la de François Hollande del 11 de febrero, que es el jefe de Estado de Francia.
Tras la ofrenda en Arlington, Rajoy regresó a su hotel para ultimar la conversación con Obama con los ocho colaboradores que han entrado con él en el ala oeste de la Casa Blanca. El presidente regaló a su anfitrión tres fascímiles de obras del siglo XVI: una biografía de Vasco Núñez de Balboa, una carta que el descubridor del Pacífico envió al Rey Fernando El Católico y un mapamundi de la época.