Las Vegas mide las constantes vitales de la tecnología
Dispositivos llevables, televisores 4K y salud se erigen en los grandes protagonistas del CES, primer gran cónclave especializado del año
Actualizado:Enero es el mes de los propósitos por excelencia. Buenos, desproporcionados o a la postre fallidos, pero propósitos al fin y al cabo. Uno de los que más suelen saciar la mala conciencia -cebada en las semanas anteriores a base de turrón, cava y cordero- es el de eliminar la barriguita que empieza a asomar con peligro. Pasado el compromiso inicial, a más de uno le vendría bien un sensor que avisa al dietista si el paciente come a horas indebidas.
Esa es una de las rarezas que se han visto en el CES 2014, el primer gran cónclave de la tecnología, que se ha celebrado estos días en Las Vegas, donde se han mostrado las últimas novedades de la eléctronica de consumo, en áreas tan variadas como el coche conectado o la salud, que ha acaparado un buen puñado de titulares. Se han expuesto inventos como 'Kolebree', un cepillo que mide el sarro que se elimina y la actividad diaria para tutelar el cuidado bucal de los pequeños de la casa; o ingenios para medir, entre otras cosas, los niveles de glucosa o geolocalizar a un enfermo de alzhéimer. La bautizada como 'e-salud' se conjuga en muchas ocasiones con los dispositivos para vestir, la que muchos perciben como la próxima gran revolución una vez relajada la efervescencia creativa del tándem 'smartphones-tablets'.
La nomenclatura deportiva parece, por el momento, el caladero más explotado. Las aplicaciones de 'running' de los teléfonos y aparatos como la Fuelband de Nike así dan fe de ello. Otro clásico como Reebok se ha estrenado en esta especialidad con un gorro que detecta daños producidos durante un partido de fútbol americano y otros deportes de contacto.
Por su parte, LG agradó con el lanzamiento de LifeBand Touch -escogido como mejor 'gadget' de esta categoría- una pulsera que además de medir la actividad física también incluye 'apps' que le hacen funcionar como reloj inteligente. Además, los surcoreanos han jalonado el ingenio con unos auriculares que miden el pulso. Garmin, además de múltiples accesorios para el coche, dejó ver el 'Vivofit', un reloj pensado como podómetro que monitoriza el sueño. Bajo esta misma premisa, Sony ha ido un paso más allá con la presentación en sociedad de 'Smartband', una pulsera que también registra las 'constantes sociales' del usuario, midiendo las interacciones en redes, la música escuchada o registrando la agenda.
La fiebre por esta tendencia -que abarca desde relojes inteligentes hasta las esperadas gafas de realidad aumentada de Google pasando por calcetines y camisetas que recolectan datos corporales- podría suponer en tan solo cinco años un negocio de 19.000 millones. Esta guerra también ha alcanzado a los creadores de microchips como Intel, que ha dado forma a 'Edison', un ordenador minúsculo del tamaño de una tarjeta SD para utilizarse en cualquier máquina por pequeña que sea. Nvidia Tegra, uno de sus competidores, se ha plantado en Nevada con un procesador de 192 núcleos, una auténtica bestia que ha generado gran expectación.
El otro gran protagonista de la cita de ultramar ha sido el 4K, el nuevo estándar de imagen -también denominado UHD- que pulveriza la alta definición al multiplicar la resolución por cuatro. Aunque los primeros modelos ya llegaron al mercado hace meses, las grandes marcas han desembarcado en esta cita con autoridad. Samsung y LG hollaron un nuevo 'ochomil' presentando monitores curvos de 105 pulgadas que abrazan esta tecnología. En el caso del primero, se apuntó el tanto de presentar el primer televisor flexible con 4K. Con 85 pulgadas, la superficie deja de ser plana y se curva tan solo apretando un botón.
El sector también parece haberse conjurado para superar uno de los males endémicos con los que ha nacido este nuevo estándar: la falta de contenidos. Para ello, empresas como Sony -cuya división de cine ya prepara lanzamientos con esta resolución- y LG se han aliado con el gigante del vídeo 'online' Netflix. La factoría nipona, que apareció con grandes novedades en esta materia, sorprendió con 'Ultra Short Throw Proyect' que convierte cualquier superficie en una pantalla UHD.
Aunque con dimensiones más reducidas, otras firmas como Polaroid, Vizio o Haier han presentando pantallas más asequibles que oscilan desde los 800 euros hasta más de 2.000.