Rajoy rinde homenaje a los soldados caídos en combate. / Foto: Brendan Smialowski (Afp) | Vídeo: Atlas
primer encuentro en la casa blanca

Rajoy, en el silencio de Arlington

El Gobierno intenta magnificar el viaje del presidente a Washington, pero su agenda es similar a la de otros mandatarios europeos que visitan la Casa Blanca

ENVIADO ESPECIAL A WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El más estrecho equipo de colaboradores de Mariano Rajoy, los que diseñan su día a día, confían en que la entrevista entre Mariano Rajoy y Barack Obama suponga un punto de inflexión en la legislatura, un paso de los recortes y ajustes que han marcado los dos primeros años hacia el crecimiento sostenido.

Una cita clave que Moncloa intenta magnificar, tal vez sin necesidad, otorgando la categoría de excepcional a varios aspectos de una agenda que es prácticamente la misma que siguen todos los mandatarios europeos que visitan la Casa Casa Blanca.

Por ejemplo, Rajoy ha comenzado la jornada realizando una ofrende florar a la tumba del Soldado Desconocido, que se encuentra en el impresionante cementerio de Arlington, donde descansan los restos de 300.000 soldados norteamericanos, que fallecieron o participaron en todas las contiendas en las que han participado los Estados Unidos, desde la Guerra de Secesión. Un impresionante escenario donde la pulcritud y el silencio crean una atmósfera excepcional por sí sola.

Pues bien, fuentes del Ejecutivo se empeñaron en destacar que las autoridades norteamericanas habían tenido la deferencia de abrir el cementerio para el acto de Rajoy, porque el camposanto estaba cerrado los lunes. Pero nada más llegar a Arlington los 63 periodistas españoles acreditados para esta visita (entre corresponsales y enviados especiales) vieron cómo la actividad era normal en el cementerio, donde incluso se estaba enterrando a un veterano. Sin embargo, Moncloa seguía insistiendo en su tesis. Al final, una simple visita a la web oficial de Arlington desvela que, efectivamente, el cementerio está abierto los 365 días al año.

El Gobierno también ha puesto el acento en la "inusual" concesión que ha hecho la Casa Blanca al permitir que los periodistas puedan formular una pregunta a cada presidente, pero lo cierto es que se trata de la misma fórmula que se sigue en todas las comparecencias conjuntas que realiza Obama con mandatarios europeos. De hecho, la visita de Rajoy está catalogada como visita oficial de trabajo, que es la segunda (de un total de cuatro) en relevancia, por detrás de la visita oficial de estado, rango que sí tendrá el cara a cara que mantendrá Barcack Obama con Francois Hollande que llegará a Washington el 11 de febrero.

Regalos

Tras la ofrenda floral en Arlington, Rajoy ha regresado a su hotel para ultimar la conversación con Obama y comer algo con los ocho colaboradores que han entrado con él en el ala oeste de la Casa Blanca. Se trata del embajador de España en los Estados Unidos, Ramón Gil-Casares; los secretarios de estado de Asuntos Exteriores y Comunicación, Gonzalo de Benito y Carmen Martínez Castro, respectivamente; del jefe de gabinete de Monclo, Jorge Moragas; del adjunto al jefe de gabinete de Moncloa, Alfonso Senillosa; del jefe de la oficina económica de Moncloa, Álvaro Nadal; la subdirectora de la oficina económica de Moncloa, Eva del Valle y el director de internacional de Moncloa, Ildefonso Castro. Además, Rajoy tendrá su traductor personal porque, aunque avanza en sus clases de inglés, aún no tiene la soltura sufiente para una conversación de este rango.

Rajoy ha regalado a Obama tres fascímiles de obras del siglo XVI: una biografía de Vasco Núñez de Balboa, una carta que el descubridor del Pacífico envió al rey Fernando El Católico y un mapamundi de la época.