Jubilados sentados en un banco. / Archivo
durante el cuarto trimestre

Los mayores de 50 años recibirán la carta con cuál puede ser su pensión futura

En tres años, todos los cotizantes dispondrán de esa información de la Seguridad Social y de los planes de pensiones privados

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los cotizantes mayores de 50 años recibirán en el cuarto trimestre de este año por correo ordinario una carta de la Seguridad Social donde se les informará sobre la expectativa de su pensión de jubilación. Será unos meses más tarde de lo que en principio se había calculado (en torno a mayo o junio), pero se pondrá en marcha en el año previsto por la ley. El cálculo se realizará suponiendo que las cotizaciones se mantendrán hasta la edad legal de jubilación en un nivel similar al que lleve registrado, según ha trasladado el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, a los interlocutores sociales al informarle sobre los pormenores del proyecto.

Aunque este primer año, la carta informativa se enviará sólo a los mayores de 50 años, en un plazo de tres años se extenderá a todos los cotizantes. La ampliación se hará de forma gradual, de manera que el año que viene podría llegar a los mayores de 40 años e ir bajando la edad hasta alcanzar a todo el colectivo. Las cartas tendrán una periodicidad anual.

También están obligados a informar de la expectativa de pensión los planes y fondos de pensiones privados y las mutualidades de previsión social. Cada sociedad enviará su propia misiva a sus partícipes.

La decisión de que trabajadores y autónomos conozcan con antelación cuál puede ser su pensión futura proviene de una recomendación del Pacto de Toledo que en la ley que reformó las pensiones en 2011 incluyó que todo cotizante reciba al menos una vez al año una información sobre el importe estimado de su futura jubilación.

El objetivo de esta carta informativa, según el Ministerio de Empleo, es que cada ciudadano conozca con antelación suficiente el importe estimado de su pensión una vez que abandone el mundo laboral. En todo caso, es una información “aproximada y orientativa” hecha bajo la hipótesis de que el ciudadano continuará trabajando y cotizando a la Seguridad Social de forma estable y/o, en su caso, realizando aportaciones a los planes y fondos de pensiones que tuviera suscritos, de forma similar a como lo venía haciendo. “Con esta medida avanzamos en el objetivo de transparencia y mejora de la información y, al mismo tiempo, cada trabajador podrá sentirse partícipe de su futura previsión social de forma que, conociendo con suficiente antelación el nivel económico de que disfrutarán con su jubilación, podrá adoptar las decisiones de ahorro que más les convenga a sus intereses”, ha señalado Tomás Burgos.

Ahora comenzará la tramitación del real decreto sobre el procedimiento para hacerlo efectivo. La Seguridad Social tendrá que concretar la aplicación del factor de revalorización de las pensiones que se ha empezado a aplicar este año y que tiene en cuenta los ingresos y gastos del sistema. El suelo de ese índice de actualización es el 0,25% y el techo el IPC más 0,50%.

También los fondos de pensiones tendrán que definir cómo van a calcular las rentabilidades futuras a la hora de proyectar la prestación privada para el momento de la jubilación. Fuentes cercanas señalan que tendrá que ser homogénea con lo que haga la Seguridad Social y homogénea entre todas las sociedades. En las primeras reuniones se barajó aplicar una rentabilidad tipo del 3% -incluyendo inflación-.