El semillero yihadista
17 españoles o residentes han ido a Siria desde 2012 para combatir con Al-QaidaPreocupa el «efecto llamada» pese a caer una red de reclutamiento en Ceuta y la detención del primer 'muyahidín' que vuelve de la guerra santa
Actualizado:A las 15.06 horas del pasado domingo, en un vuelo directo de las aerolíneas turcas, aterrizaba en el aeropuerto de Málaga procedente de Estambul un tipo delgado, moreno y con barba recortada. El viajero bajó del avión con pocos bultos y su cara, un tanto ajada, no aparentaba los 28 años de su DNI. Se trataba de Abdeluahid Sadik Mohamed. Hijo de Mohamed y Fátima, nacido en el barrio del Recinto de Ceuta, casado y con dos hijas de cuatro y tres años. Un obrero de la construcción cuyo nombre estaba en la lista de desaparecidos de la Policía, después de que su familia denunciara que la tierra le había tragado una mañana del 29 de abril de 2013.
Con la denuncia metida en el cajón, una llamada suya semanas después tranquilizó a sus allegados. Estaba vivo, sí. Pero hablaba de sus penurias desde Siria, a donde se había desplazado para hacer la «guerra santa» contra el régimen sanguinario de Bashar Al-Asad. «Sufrí enormes calamidades; frío extremo, agotamiento, adoctrinamiento, duros ejercicios físicos», contó a la policía.
Para llegar allí tomó un avión desde Casablanca hasta Turquía y luego cruzó la frontera hasta el norte del país árabe, inmerso en una guerra civil. Así es como el joven obrero ceutí, parado y sin expectativas en una ciudad de 85.000 habitantes y un 40% de desempleo, cruzó la línea roja para engrosar la lista de «voluntarios». Fue reclutado en las calles de la barriada ceutí del Príncipe, de mayoría musulmana, y recibió la formación militar al norte de Siria antes de enarbolar la bandera del yihadismo internacional.
Su caso es uno de los 17 -11 ciudadanos españoles y seis marroquíes residentes en España- que se han alistado desde abril de 2012 en grupos extremistas vinculados a Al-Qaida que combaten en Siria, según el cruce de datos entre fuerzas policiales y la Fiscalía de la Audiencia, que ha recogido una investigación del Instituto Elcano. No obstante, otros 25 podría haber viajado para luchar junto al Ejército Libre Sirio.
Todos los 'muyahidines' son varones de entre 16 y 49 años, casados por regla general y con residencia en Ceuta, Málaga o Gerona. No tenían una trayectoria yihadista significativa y solo dos de ellos tomaban parte de encuentros de propagación del salafismo yihadista desde 2008. El caso más notorio es el de Mouhannad Almallah Dabas, absuelto por el Supremo tras ser juzgado y condenado por los atentados del 11 del marzo de 2004 en Madrid. Viajó al país árabe en compañía de su hijo menor y desarrollaba actividades logísticas para el Frente Jabhat Al Nusra (Frente de la Victoria), el brazo armado de Al-Qaida en Siria.
«La cumbre del islam»
De los 17 españoles o residentes marroquíes que han empuñado las armas con la red terrorista hay al menos un menor de edad, Nordin A. M., y otros cinco habrían fallecido tras inmolarse causando númerosas víctimas, tres de ellos de nacionalidad española. Un ataque ocurrió en un cuartel militar de Idilib, al norte del país, y su autor fue un ceutí que dejó un mensaje grabado. Dijo que la yihad, entendida como combate, «es la cumbre de la creencia en el islam».
Según el sumario que investiga el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, estos «voluntarios» habrían sido captados por una red internacional que operaría desde Ceuta y un pueblo marroquí llamado Castillejos, con conexiones en Bélgica y Turquía. Dicho grupo fue desarticulado en junio pasado con ocho detenciones y en septiembre se arrestó a sus dos líderes, Yassin Ahmed Laarbi, en Ceuta, e Ismail Abdelatif Allal, en su casa de la localidad belga de Vilvoorde. Todos están acusados de pertenencia a organización terrorista y permanecen en prisión provisional.
Pese a la desarticulación del grupo, el juez aseguró en auto del pasado martes que dicha red «no solo sigue activa, sino que ha aumentado el número de objetivos, ya que la inmolación de estos yihadistas ha producido un efecto llamada entre los integristas de Ceuta». De ahí que la detención el pasado domingo en Málaga de Abdeluahid Sadik, el primer combatiente conocido que tras ser formado y adoctrinado en Siria ha regresado a casa, ha sido vista con preocupación por los servicios antiterroristas y el juez Moreno.
El joven ceutí admitió ante la Policía que recibió entrenamiento militar en Alepo, donde se intensificó su adoctrinamiento religioso. Después tuvo una misión especial en junio: atentar contra la prisión de Abú Ghraib en Bagdad y liberar a presos yihadista. Y finalmente acabó enrolado en el grupo Estado Islámico de Irak y Levante, el brazo armado de Al-Qaida en Irak. Una organización que promueve realizar la yihad «en casa».
En su declaración, Abdelahuid alegó que fue enbaucado, cometió un error y quiso rectificar volviendo a España después de que su familia le prestara mil euros. «Jamás empuñé un arma, de lo contrario hubiera muerto el primer día», aseguró.