Manuel Ferrer, en una imagen de archivo. :: EFE
ANDALUCÍA

Negociaciones contrarreloj entre las federaciones para evitar la gestora en UGT

La FSP presenta a Carmen Castilla como candidata a la secretaría general en el comité extraordinario que se celebra hoy

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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En medio de una crisis sin precedentes, azotada por las revelaciones de facturas falsas y desvío de fondos, investigada por la jueza Alaya, sometida a registros por la Guardia Civil, UGT Andalucía aborda hoy su futuro en un comité extraordinario de alto voltaje. La reunión fue convocada tras la dimisión del secretario general, Francisco Fernández Sevilla, el pasado noviembre, acuciado por los escándalos sobre las cuentas del sindicato, al que la Junta de Andalucía ya reclama ayudas por 1,8 millones y aún revisa una quincena de expedientes.

UGT-Andalucía, que se precia de tener doscientos mil afiliados y ser la principal fuerza sindical de la comunidad, deberá optar hoy entre la continuidad o la ruptura. Lo que ocurra en Sevilla puede tener además repercusiones en la ejecutiva confederal, hasta donde llegan las repercusiones del escándalo, incluso cuestionando a Cándido Méndez.

El confederal, así, tendría interés en intervenir en el proceso para poner orden en la federación andaluza, con la que hasta ahora, en la larga etapa de Manuel Pastrana, ha mantenido muy malas relaciones. El PSOE, a su vez, mira muy de cerca el proceso, en un momento singularmente difícil de las relaciones entre el partido y el «sindicato hermano».

El comité extraordinario deberá decidir en su reunión de hoy si nombra un nuevo secretario general, para lo que necesita dos tercios de los votos, es decir 80 de los 120 delegados asistentes. Esta es la propuesta de la dirección actual, al frente de la cual está Manuel Ferrer, secretario de organización. En caso de que no salga adelante, se constituirá una gestora que deberá convocar un congreso extraordinario en el plazo de cuatro meses.

Aunque en el proceso interno abierto desde noviembre se abría paso la idea de la gestora y el congreso extraordinario, las intensas negociaciones de las últimas horas, que se apuraban hasta avanzada la noche, daban opción a quienes desean evitarlo a toda costa, los sectores «oficialistas».

La maniobra para aplacar a quienes «piden sangre», en expresión de un sindicalista, vino de la mano de la poderosa Federación de Servicios Públicos (FSP), que es la mayoritaria en el sindicato y que ha propuesto el nombre de Carmen Castilla como nueva secretaria general. Además, saldrían de la dirección los dirigentes que ya estaban durante la etapa de Pastrana, como José Carlos Mestres, Josefa Castilla y el propio Ferrer, de modo que la ejecutiva resultante no tuviera relación con la gestión anterior.

Castilla forma parte de la actual ejecutiva, como secretaria de políticas sociales e igualdad, pero no es una sindicalista de larga trayectoria. Ecijana, trabajadora con cargo interno en el Hospital Macarena, ha ocupado cargos políticos en el PSOE y su perfil se considera un giro en el «oficialismo» imperante.

Evitar la gestora sería además un objetivo esencial para la actual dirección, porque en ella participaría el confederal que tendría así acceso directo a las cuestionadas cuentas del sindicato. A la FSP, que ha dominado en la UGT andaluza en los últimos años, le interesa especialmente evitarlo.

José Ginel, secretario de comunicación, espera que el comité de hoy sea un «ejemplo de unidad» del que el sindicato «salga fortalecido».

Sin embargo, en las bases de las federaciones se ha abierto la brecha y ganan terreno los críticos que reclaman una regeneración total y que se rompa el «clientelismo interno», además de recelar de la primacía de la FSP, «los funcionarios», que relega a las federaciones de trabajadores de empresas privadas, más golpeados por la crisis. Otra cosa es que estas corrientes se trasladen a la representación de los 120 delegados que asistirán al comité de hoy.

Ana Pérez Luna, dirigente de este sector, ha reclamado que cesen «las luchas de poder interno» y que se llegue a una gestora que vuelva a conectar al sindicato con la sociedad.

Medios de la central opinaban anoche que el «aparato» mantendrá finalmente el control y, como en el último congreso, volverá a ganar esta par.