Rajoy se enfrenta a las quejas de sus barones
Las críticas de Feijóo y Monago al proyecto de ley del aborto y el choque entre el presidente madrileño y Montoro calientan el encuentro Presidirá el miércoles la reunión del comité ejecutivo del PP más turbulenta de los últimos años
MADRID.Actualizado:Mariano Rajoy cerró en 2008 un convulso comité ejecutivo nacional del PP con un explícito «¡Joder, qué tropa!», en alusión a las solapadas críticas de algunos dirigentes del partido a su gestión tras la segunda derrota frente a José Luis Rodríguez Zapatero. Una fórmula que también empleó en 2006 ante el eterno enfrentamiento entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. El líder del PP tal vez tenga que volver a echar mano de la expresión -cuya autoría se atribuye al conde de Romanones- en la reunión del miércoles del máximo órgano del partido entre congresos, una cita que se antoja turbulenta tras las críticas de cuatro de los más relevantes barones populares a dos cuestiones claves para el Ejecutivo, la ley del aborto y el sistema de financiación autonómica.
Desde el Ejecutivo se intenta minimizar ambas controversias y recalcan que lo que debe importar es que las políticas de Rajoy «comienzan a dar sus frutos». De hecho, el líder de la formación gubernamental abundará durante su intervención en los indicadores que avalan el final de la crisis como «el cambio de tendencia en la destrucción de empleo constatado en diciembre y la prima de riesgo por debajo de los 200 puntos». Aprovechará además esta reunión para arengar a los suyos ante las difíciles elecciones europeas del 25 de mayo.
Pero no podrá soslayar las críticas en otros asuntos. Rajoy se verá cara a cara con Alberto Núñez-Feijóo y José Antonio Monago, quienes tacharon de inadecuado el anteproyecto impulsado por Alberto Ruiz Gallardón para regular la interrupción del embarazo. Lo más probable es que el titular de Justicia también acuda a la cita de la calle Génova en su calidad de vocal electo; todos los ministros son miembros del comité ejecutivo salvo Luis de Guindos, José Ignacio Wert y Pedro Morenés, que no militan en el PP.
El presidente de la Xunta de Galicia sorprendió al equipo de Gallardón al arremeter contra el anteproyecto de ley del aborto, que aún tardará medio año en iniciar su tramitación parlamentario, instando al Ejecutivo a mejorar la propuesta para intentar aprobarla con el mayor consenso posible ante «la complejidad política, jurídica y moral de la norma».
Más previsibles, apuntan desde el Gobierno, fueron las declaraciones navideñas de Monago, que achacan al difícil equilibrio que tiene que mantener el presidente extremeño que gobierna en minoría con el apoyo puntual de Izquierda Unida. «Nadie puede negar a nadie su derecho a ser madre. Ni tampoco nadie puede obligar a nadie a serlo», espetó Monago durante su mensaje de fin de año. Unas palabras criticadas por varias asociaciones antiabortistas y por algunos sectores del PP, que insisten en que se trata de una promesa electoral que adecúa el texto a la doctrina del Tribunal Supremo.
La financiación
Más peliaguda puede ser la deriva que tome el enfrentamiento entre el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que también podrían encontrarse el miércoles en Génova. González advirtió de que no iba a consentir que este año «se les exijan más sacrificios a los madrileños ni que se les pida que paguen más impuestos». Lo que más molestó al responsable de Hacienda fue la reclamación del presidente de Madrid para que el futuro sistema de financiación autonómica recoja los 1.300 millones que según el Gobierno regional se le adeudan.
Alberto Fabra y José Ramón Bauzá, presidentes de la Comunidad Valenciana y Baleares, también expresaron sus reproches al modelo vigente. En el fondo de esta polémica reside la inquietud que comparten todos los barones territoriales del PP sobre si, finalmente, el pulso soberanista de Cataluña acabará en nuevos «privilegios» para esta comunidad en el reparto de fondos del Estado que se prevé aprobar en 2015, año de elecciones autonómicas.
Montoro respondió de manera expedita a González. «En mi Ministerio no está la ventanilla para que le hagamos candidato», advirtió con una dureza que sorprendió a muchos en el partido. El titular de Hacienda golpeó al gobernante madrileño donde más le duele porque aún no se ha confirmado que sea el cabeza de cartel en las autonómicas. Montoro además fue más allá y aseguró que no se creía que los madrileños compren el discurso de González sobre que «un Gobierno del PP quita dinero a Madrid para dárselo a Cataluña».
El cruce de dardos verbales no ha tenido respuesta desde la dirección del PP, al menos en público. Un manto de silencio que encaja en la habitual estrategia de Rajoy de dejar pasar el tiempo para repensar cualquier decisión que pueda ser traumática.