Patricia García: «No he pensado ni una vez en volver de Nueva Zelanda»
La jugadora regresa a España después de tres meses entrenando en la cuna del rugby
MADRIDActualizado:Patricia García cogió su primera pelota de rugby en 2007. Siete años después ya ha cumplido el sueño de competir en Nueva Zelanda, el paraíso del balón ovalado. «Siempre lo tenía en mente desde que me enamoré de este deporte. Lo primero que conoces son los ‘All Blacks’, los míticos, la utopía… Había pensado emigrar allí alguna vez pero no sabía si iba a ser tan pronto», repasa después de tres meses en la tierra de los kiwis.
La posibilidad de acudir al lugar imaginado se originó en los campos de Olímpico de Pozuelo. El maorí Gensen Palmer entrenaba al equipo y apreció que el nivel de algunas de las chicas podría mejorar si contaban con los medios adecuados. El exjugador no se limitó a sugerir un cambio sino que apoyó y contribuyó de manera activa a organizar la llamada ‘New Zealand Experience’. Patricia García se marchó a las antípodas de la mano de su cicerone del rugby, la bonaerense Irene Schiavon, y con Berta García para completar la expedición. «No había mucha duda a la hora de decidir si queríamos ir o no», recuerda Patricia García. Gracias a la iniciativa y al patrocinio de Divertis Rugby las ‘leonas’ dispusieron de los recursos necesarios para entrenar al otro lado del mundo.
Durante tres meses en las tierras de los ‘All Blacks’ las españolas aprendieron con entrenamientos especiales (más específicos) a jugar con mayor agresividad a un mayor nivel físico de contacto y de fuerza. No aprendieron la ‘haka’, la danza guerrera previa a los partidos, porque se reserva para los acontecimientos importantes pero se acostumbraron a un programa que incluía correr por la playa a las a las 6 de la mañana, ejercicios de ‘crossfit’ y partidos con las compañeras ‘semiprofesionales’ de un combinado de Waikato. «Teníamos grandes jugadoras en el campo y no se les daba más importancia que a otras. Se les exigía el máximo», explica García, una media melé a la que probablemente se le escape alguna instrucción en inglés en su regreso a España.
Además de la mejora deportiva, la estancia en las antípodas sirvió para que la madrileña absorbiera numerosas experiencias que conservará en el futuro. «Definitivamente es una experiencia que recomendamos. Te encuentras en una situación difícil, diferente, sales de tu zona de confort y empiezas una nueva aventura con personas a las que tienes que conocer. Tienes que dar todo para aprender y seguir mejorando. Es desnudarte ante ti mismo en cuerpo y alma. A veces da vértigo, tiemblan las piernas pero si decides atreverte a dar el paso y cuando lo haces es muy reconfortante», confiesa García. En las antípodas no asomó ninguna lágrima de nostalgia: «He jugado dos temporadas en Francia así que lo de vivir fuera de casa me suena. Hacemos esto por una pasión que es el rugby y sabemos lo que conlleva». La experiencia mejoró a de los dos años en suelo galo, de donde se mudó con una rotura parcial del ligamento cruzado posterior. «No he pensado ni una vez en volver de Nueva Zelanda. Sabía que era finito y que iba a acabar, así que disfruté al máximo cada momento», revela antes de coger el avión que la devolvería a España por Navidad.
Un ejemplo para las kiwis
También las ‘leonas’ dejaron un buen recuerdo en la pequeña localidad de Hamilton en la que las acogieron. «Se han llevado muy buena sensación de España. Nos hemos sacrificado muchísimo a nivel de esfuerzo, pasión... Les ha supuesto un ejemplo porque ellas no tienen que luchar por vivir del rugby porque ellas viven en un contexto natural y nosotras nos hemos dado la vuelta al mundo para ir a jugar a este deportes», explica García, participe con la selección española en la Copa del Mundo en agosto ocho años después de la última participación de las leonas en el torneo.
A la hora de hacer balance, la española solo cuenta aspectos positivos. «Si hay que hacer una escala de 0 a 10 escojo 12». ¿Regresará? «¿Por qué no? Si el contexto y la situación es favorable… No va a ser como esta anterior, porque no creo que pueda repetir una experiencia tan sumamente apasionante, favorable y espectacular como la que hemos vivido. Pero estoy muy feliz por haberla aprovechado y que forme parte de mí como persona y jugadora», contesta. Ahora se prepara para la concentración de la selección española que comenzará el 2 de enero con vistas a la Copa del Mundo que se celebrará en agosto. Pero antes de pisar el césped español concede un pensamiento: «Aún no me había ido y ya estaba pensando como encajar el calendario para volver unos meses».