El túnel de Guadarrama, medio siglo uniendo el norte y el sur
Diseñado para salvar el paso del Alto del León, sus tres bocas conforman hoy una ágil y sofisticada red de comunicación entre comunidades
MADRID.Actualizado:El túnel de Guadarrama que conecta las provincias de Madrid y Segovia, símbolo de la tecnología punta en la España franquista que se iniciaba en los planes de desarrollo, cumple medio siglo. La gran obra de ingeniería que inicialmente trataba de facilitar las comunicaciones entre el Sur y el Noroeste peninsular se ha convertido en la actualidad en una moderna red de túneles de peaje por la que a diario pasan unos 32.000 vehículos -12 millones al año- que evitan, con el pago del peaje el Alto del León, un puerto no muy escarpado, pero si de complicado trazado.
Las comunicaciones entre las dos Castillas fueron una preocupación histórica de la Corona. Por ello, Fernando VI encargó la construcción de un camino para salvar la montaña, lo que se hizo por el Alto del León. Con la llegada de la automoción, la nieve se convirtió en un auténtico problema. A ello se sumaban las cuestas y las revueltas, dado que hacia San Rafael hay un desnivel desde el puerto de 981 metros y hacia Guadarrama de 1.212.
De esta manera, los responsable de Fomento durante la República comenzaron en 1932 a estudiar la construcción de un túnel. Sin embargo, la Guerra Civil interrumpió el proyecto durante décadas.
Peaje
Fue a principios de los 60, cuando en la orden ministerial por la que se acordaba la construcción de la «carretera de peaje», que no autopista, Villalba-Villacastín se volvía a retomar la idea del túnel. Las obras para horadar la montaña comenzaron en octubre de 1961. Para ello se contrató a los mejores tuneladores del país, trabajadores de la minería asturiana. La obra contó con una plantilla de 500 personas, que excavaron la montaña a una profundidad máxima de 260 metros.
El túnel constaba de una plataforma con dos carriles, uno en cada sentido, un amplio arcén, respiraderos y apartaderos. En total, 2,8 kilómetros de largo, con una inclinación descendente hacia Madrid del 3,46%. Las obras supusieron una inversión de 560 millones de pesetas (3,3 millones de euros).
El régimen, consciente de la importancia de la ambiciosa obra de ingeniería, hizo coincidir la inauguración del túnel con el cumpleaños de Franco. Así que, con todo el boato de la época y la consiguiente caravana de coches oficiales -previo despliegue de la Guardia Civil, la guardia del jefe del Estado y el Ejército-, el 4 de diciembre de 1963 Francisco Franco cortaba la cinta inaugural y declaraba abierto el túnel. Obra que por cierto agilizaría muchísimo sus desplazamientos por carretera -no le gustaba volar, dado que temía que sus enemigos saboteasen el avión- cuando en verano viajaba a Galicia y a las montañas del norte para pasar las vacaciones o a pescar y cazar. El día de la inauguración, aunque no nevaba, todo el séquito tuvo que soportar un importante diluvio, mientras Franco descubría una placa que daba cuenta de que la N-VI, hoy AP-6, era la primera carretera de peaje del país.
Más túneles
Ese mismo temporal que afeó la ceremonia, también reventó en cierto modo la inauguración. El día anterior, la nieve había cortado el paso por el Alto de los Leones -nombre que el régimen puso al puerto en referencia a las hazañas bélicas de la Guerra Civil-. Un importante número de camiones se habían quedado bloqueados, por lo que se dio autorización para que pudieran estrenar el túnel en su destino hacia el Sur.
Por atravesar el túnel, un coche o una moto pagaban entonces 30 pesetas (0,18 euros). Hoy, por recorrer el tramo de autovía entre Villalba y San Rafael un turismo paga 4,35 euros (724 pesetas). En 1968 se adjudica la explotación de la vía a Iberpistas, que ese año comenzó a levantar la autopista. Para agilizar el paso por la montaña se horadó otro túnel, abierto en 1972. De esta manera, el primero canalizaba los desplazamientos hacia el sur, mientras que el nuevo, de 3,3 kilómetros de ancho y una pendiente de 0,89%, los llevaba hacia el norte.
Ante las necesidades de absorber el importantísimo volumen de vehículos que cruzan la Sierra del Guadarrama, en 2007 se inauguró un tercer túnel mucho más ancho que sus hermanos, 3,1 kilómetros de largo y 1,46 de desnivel. Este túnel es el encargado de canalizar el tráfico hacia Madrid, mientras que el segundo cambió de sentido para dirigir los vehículos hacia Segovia.
Por su parte, el túnel más veterano y origen de la red, el que ahora cumple medio siglo, fue remodelado como vía reversible que es utilizada en las operaciones salida y retorno de vacaciones para agilizar los movimientos.