«Hicimos lo que había que hacer; ahora tenemos derecho fundado a la esperanza»
El presidente del Gobierno asegura que en 2014 el número de afiliados a la Seguridad social crecerá de forma «consistente»
MADRID.Actualizado:«Ahora tenemos ya un fundado derecho a la esperanza». Mariano Rajoy se presentó tras el último Consejo de Ministros de 2013 -es decir, justo en el ecuador de su mandato-, como el vencedor de una dura batalla contra la crisis. No dijo que la guerra haya tocado a su fin pero sí se atrevió a pronosticar que cuando se cierre el año el paro registrado será, por primera vez desde 2006, inferior al del año anterior. Y que el número de afiliados a la Seguridad Social empezará a crecer de forma «consistente».
No ofreció cifras. Su optimismo se fundamenta en la marcha de la economía en los últimos doce meses. «Hace un año dije aquí que este año 2013 iba a ser muy duro pero también que las cosas empezarían a mejorar en la segunda mitad del año y los hechos nos han dado la razón; con ese aval puedo decir -alegó- que 2014 será mucho mejor».
En su lista de hazañas, el jefe del Ejecutivo se apunta la bajada de la prima de riesgo, el aumento de las exportaciones, el haber librado de la quiebra a unas comunidades autónomas que tenían los mercados cerrados y el saneamiento del sistema financiero. «Yo sé que son cifras macroeconómicas pero si la inflación solo sube unas décimas es bueno para los pensionistas que no pierden poder adquisitivo, si la prima de riesgo baja son recursos que no hay que dedicar a la deuda y liberamos para partidas sociales (8.700 millones de euros), si la competitividad crece tendremos mayores exportaciones. Eso es lo que está pasando en España», defendió. Cada uno de esos hitos se resumen en realidad en uno. Uno del que Rajoy se declaró incluso «orgulloso»: «El Gobierno español ha dado una gran batalla que ha producido un cambio importante de percepción fuera -defendió-; ahora ya no se habla de que España, con otros países, va a hacer caer al euro, se habla de la recuperación española».
El jefe del Ejecutivo admitió que está aún lejos de lograr el objetivo marcado y prometido en las elecciones: la creación de empleo y el crecimiento económico sólido. España salió de la recesión en el segundo semestre del año pero con una tasa de crecimiento intertrimestral de un mero 0,1%, que será sólo ligeramente mayor en este último trimestre. El paro registrado en noviembre ascendió a 4.808.908 personas.
Más esfuerzos
Con un cierto tono épico, habló de continuar con los esfuerzos; no en vano ayer el Consejo de Ministros aprobó la congelación del Salario Mínimo Interprofesional en 645,30 euros. «Hicimos lo que era necesario hacer, el plan que diseñamos para evitar el hundimiento ha funcionado. No vamos a desfallecer ahora que empezamos a recoger los frutos de tanto esfuerzo. Al Gobierno no le faltará el ánimo y estoy absolutamente convencido de que a los españoles -adujo- tampoco».
No dijo que más ajustes quedan por delante, pero sí que «no podemos relajarnos». Ni siquiera rechazó con contundencia la idea de la OCDE de abaratar aún más el despido («no está entre nuestras prioridades»). En la lista de pendientes quedan, en todo caso, la reforma del IRPF y la del sistema de financiación autonómica, además de la eliminación de la indexación de la economía al IPC.