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La administración de Manises celebra el Gordo. :: M. BRUQUE / EFE
Sociedad

SUEÑOS CUMPLIDOS Y... POR CUMPLIR

El sorteo de Navidad reparte sus millones por toda España, donde solo cuatro premios se vendieron de forma íntegra en una única localidad

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La administración número de 3 de Manises, en Valencia, fue el lugar más agraciado por la Fortuna. No por la cuantía de los premios dados, que ese honor se lo llevó la administración número 8 de Leganés, donde se vendieron 360 millones en décimos. En esta localidad valenciana se despacharon tres premios: el Gordo, un cuarto y un quinto. El año pasado, la administración de Fran Sanchis vendió el segundo. En 2011, el segundo y dos quintos. Vamos, que está abonado a la suerte desde hace años. Y eso, evidentemente, se nota en la venta de décimos para el sorteo extraordinario de Navidad y para el Niño, la repesca para los que la suerte les hizo un requiebro en la jornada dominical, donde el Gordo atravesó España como un rayo de felicidad.

El 62246 partió de Mondragón, donde vive instalada la depresión desde que Fagor decidiera echar el candado a la fábrica. Una alegría de 145 millones para la localidad guipuzcoana. Después, tocó Leganés, donde María Luisa paseaba a su perro sin enterarse que había vendido 90 series del número mágico. Y terminó en Bailén (Jaén), donde depositó otras 15 series. En su camino paró también en Palencia, Madrid, Quintanar de la Orden (Toledo), Barcelona, Huelma (Jaén), Sanlúcar la Mayor (Sevilla), Avilés y O Real (Pontevedra). Un premio muy repartido, al igual que el tercero, los dos cuartos y la gran mayoría de los quintos.

Solo hubo cuatro números que se vendieron de forma íntegra en un solo sitio, en un punto exclusivo para el orgullo de sus administradores y la alegría de los compradores. El segundo premio tenía como eje Granadillas, al sur del Tenerife, donde el dueño de una gasolinera compró todas las series para venderlas en siete estaciones de servicio. Lo mismo ocurrió con los loteros de Benidorm, Loja (Granada) y Premià de Mar (Barcelona). Estos tres loteros se dieron el gustazo de vender, ellos solitos, un quinto premio cada uno. En el caso de la localidad alicantina, estará muy repartido por culpa de los veraneantes. Alguna alegría llegará a Extremadura, una de las comunidades que menos pudo descorchar botellas de felicidad. Apenas un pellizco de 18.000 euros. Pero, como dice el tópico en estos casos, siempre queda la salud... y el sorteo del Niño.