«La pregunta es: ¿puede un lisiado ser canciller federal?»

Hans Peter Schütz, el periodista biógrafo del ministro de Finanzas, explica que Schäuble, casado y padre de cuatro hijos, es un hombre seco y de difícil sonrisa. No digamos ya de risa o de carcajada. Y cuenta que la primera vez que le entrevistó tras el atentado que sufrió en octubre de 1990, dudó sobre preguntarle si podía pensar en llegar a ser un día canciller federal desde una silla de ruedas. Su respuesta fue clara: «Schütz, deje de balbucear. En nuestra patria común de Baden está claro lo que soy: un lisiado. Así que debe preguntarme: ¿puede un lisiado ser canciller federal?». El ministro de Finanzas es así, comenta el periodista, testigo directo de su dilatada trayectoria: «no siempre el más encantador, pero sí el más directo que conozco».