APUNTES PARA FINAL DE AÑO (1)
Actualizado:E l final de año invita a las recapitulaciones sobre lo acontecido. He aquí algunas reflexiones sobre los acontecimientos de este 2013, marcado como el anterior en Andalucía por el paro y la corrupción, pero también por otras cuestiones en apariencia menores que pueden a la larga convertirse en mayores.
1. Empecemos por casi lo último. Las muertes de la familia de Alcalá de Guadaíra, aunque sean fruto de la fatalidad y no de la pobreza en la que vivía, han puesto en evidencia que nuestra bien lograda sociedad del bienestar se resquebraja en lo más sagrado, su sistema de atención sanitaria. Un servicio de urgencias visitó a la familia en dos ocasiones en la fatídica noche de los días 13 al 14. El SAS asegura que se cumplieron los protocolos. No se puede decir que no hubo atención.
La cuestión es si es correcto un protocolo que no implique la hospitalización inmediata de cuatro miembros de una familia en apariencia intoxicados, incluidas dos menores. Solo por las menores ya debería estar obligado. Cada día los servicios de urgencia andaluces salvan decenas de vidas. Pero nuestros hospitales están colapsados porque hay menos personal y este está mal pagado. Ruegue que no tenga que ir a un hospital en un puente o en un fin de semana. Además, la fuga de médicos expertos a la privada se ha disparado con la crisis.
Por ello creo que ha sido un gran error aplicar los recortes de la administración a todos los empleados y sectores por igual. Un gran error que ya se está percibiendo en la pérdida de la calidad en la atención sanitaria. La Junta quiere salvar la cara con el argumento de que no se suprimen programas, pero la lista de historias personales con tristes desenlaces como el de la familia de Alcalá engorda cada día. El Gobierno de Susana Díaz quiere corregir parte de ese error con 900 contrataciones este año próximo. Pero no será suficiente. No creo que haya un andaluz que no esté de acuerdo en que se salve al SAS de los recortes, que se paguen muy bien a nuestros médicos y que tengan los mejores y más modernos equipos. Si los demás empleados públicos se molestan, que se molesten. Lo primero es la salud.
2. No hace falta acudir a la máquina del tiempo para revivir que en 2007, ayer de mañana como quien dice, todos los partidos políticos (salvo el PA que quería más) aprobaron un nuevo Estatuto ambicioso de competencias y autogobierno. Seis años después el Gobierno central espolea una recentralización de competencias sin que el PP andaluz se sonroje por ello. Entre las competencias que el PP piensa que sobra en las comunidades está la del órgano fiscalizador de las cuentas andaluzas, la Cámara de Cuentas.
Casualidad o no, la jueza Alaya ha puesto en entredicho la independencia de la institución andaluza al pedir esta semana a la Intervención del Estado que la investigue por si no inspeccionó adrede el sistema de ayudas para la reestructuración de empresas en crisis, el de los ERE fraudulentos.
La teoría de Alaya debe ser la misma que la de Montoro sobre la Agencia Tributaria: está llena de socialistas. Si el informe de los interventores estatales (dependientes del ministerio de Montoro, por cierto) es negativo para la Cámara, será la coartada perfecta para las aspiraciones recentralizadoras del Gobierno del PP.