Irán y las potencias occidentales buscan aplicar el acuerdo nuclear
Continúan las negociaciones para llevar a cabo las medidas de reducción de la industria atómica pactadas a cambio de reducir sanciones internacionales
BRUSELASActualizado:Irán y las potencias del 5+1 -Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania- continuarán este sábado con las conversaciones técnicas para aplicar el acuerdo preliminar alcanzado en noviembre, por el que la República Islámica ha accedido a poner freno a su industria nuclear a cambio de una reducción de las sanciones por parte de la comunidad internacional. La actual ronda de discusiones arrancó el jueves en Ginebra y, según fuentes diplomáticas, continuarán al menos durante un día más. Inicialmente, estaba previsto que el diálogo concluyera este viernes.
En virtud del acuerdo, Irán se ha comprometido a detener el enriquecimiento de uranio por encima del 5% y a desmantelar las conexiones técnicas necesarias para enriquecer uranio por encima de este porcentaje, así como a neutralizar su almacén de uranio enriquecido cerca del 20%, diluirlo hasta por debajo del 5% o convertirlo a una forma no apta para el mayor enriquecimiento.
Asimismo, Teherán ha prometido detener el avance de su capacidad de enriquecimiento de uranio, comprometiéndose a no instalar nuevas centrifugadoras de ningún tipo, a dejar inoperativa la mitad de las que están en la central nuclear de Natanz y tres cuartas partes de las instaladas en Fordow y a detener cualquier tipo de actividad en el reactor de agua pesada en Arak. Teherán también se compromete a dar acceso a los inspectores de la AIEA.
Con fines pacíficos
Irán ha obtenido, por otra parte, el reconocimiento a su derecho a enriquecer uranio para fines pacíficos, la suspensión de "ciertas sanciones" referentes al oro y a los metales preciosos, al sector automovilístico y a las exportaciones petroquímicas. También se permitirá que Irán mantenga el nivel de venta de petróleo en el nivel actual y obtener ciertos ingresos de venta.
El acuerdo preliminar tendría una duración de seis meses, prorrogables si ambas partes lo deciden, con el objetivo de dar tiempo a firmar un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní, en un plazo no superior al año desde que se comience a aplicar el primer pacto.