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Ignacio González, el miércoles, durante la cena navideña del PP de Madrid. :: J. J. GUILLÉN / EFE
ESPAÑA

Los escándalos socavan el mayor feudo electoral de los populares

La imputación de la esposa del presidente madrileño y los correos de Caja Madrid sumen al partido en su peor crisis

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

«Si ya estábamos mal en las encuestas con la imputación (de la esposa del presidente de la comunidad, Ignacio González) y los correos (del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa) no sé hasta dónde vamos a caer». Un alto cargo del PP de Madrid reflexionaba de esta manera después de la cena navideña de los populares madrileños, que pese a la presencia de Mariano Rajoy se acercó más a un funeral que a una celebración, al decir de varios de los asistentes.

La situación del PP en Madrid era delicada, en palabras de un ministro, antes de la imputación por blanqueo de la esposa del presidente autonómico, Lourdes Cavero, y de que saliese a la luz el intercambio de comprometedores correos del que fuera presidente de Caja Madrid Miguel Blesa. Ahora se ha convertido en alarmante. Los populares, según constataban sus encuestas, habían perdido la mayoría absoluta que tenían desde 1991 en el ayuntamiento y desde 1995 en la comunidad, y a duras penas mantenían la mayoría relativa que obliga a pactar para gobernar. En el caso de Madrid, el PP solo podría hacerlo con UPyD, con el que tiene pésimas relaciones.

Ahora, con estos nuevos escándalos que deben sumarse a los reveses de la pérdida de los Juegos Olímpicos de 2020 y a la espantada del magnate norteamericano Sheldon Adelson y su complejo de ocio Eurovegas, las perspectivas electorales son aún peores y el PP corre el riesgo cierto de dejar de ser la primera fuerza en el mejor caladero de votos de Mariano Rajoy. En las últimas elecciones generales, los populares, con 1,7 millones de votos, duplicaron el respaldo logrado por los socialistas. El PP, además, tiene el problema añadido de carecer de candidatos para las elecciones de 2015. Rajoy aún no ha dado ninguna señal de respaldar a Ana Botella para la alcaldía ni a González para el Gobierno autonómico. Tampoco lo hizo en la cena navideña del miércoles del PP de Madrid, en la que compartió mesa y mantel con el presidente de la Comunidad, pero para el que no tuvo palabras de aliento tras la imputación de su esposa.

El candidato preferido del electorado madrileño es Esperanza Aguirre, con gran diferencia sobre el resto de posibles aspirantes, según recogen los estudios internos del partido. Un dato que preocupa a la dirección nacional del PP, en la que la expresidenta autonómica no tiene grandes amistades. Aguirre, por su parte, se deja querer.

González, entretanto, pone buena cara al mal tiempo y dice sentirse «muy respaldado» por Rajoy y «todos mis compañeros del PP», que estuvieron «extraordinariamente cariñosos» en el ágape navideño. El presidente autonómico volvió a reclamar celeridad a la justicia para que se esclarezca la imputación de su esposa por blanqueo y delito contra la hacienda pública al pagar supuestamente con dinero negro 400.000 euros de los 1,1 millones que costó el ático de casi 500 metros cuadrados. González aseguró que mientras alquilaba el dúplex pagó «religiosamente» la mensualidad de 2.000 euros, un precio por debajo de los de mercado para esa zona de Marbella, y que tampoco hay nada irregular en la adquisición formalizada hace un año.

Acciones legales

El intercambio de correos entre Blesa y la familia Aznar también es un motivo de dolor de cabeza en el PP de Madrid por la sensación de tráfico de influencias, nepotismo y compadreo que destilan los mensajes. El expresidente del Gobierno salió ayer al paso con un comunicado para anunciar acciones legales por vulneración de su derecho al honor y a la intimidad. También anticipó que presentará un escrito ante el Consejo General del Poder Judicial y denunciará ante la Fiscalía la filtración de los documentos para que se depuren las responsabilidades penales. En el cruce de mensajes Aznar y su hijo José María Aznar Botella proponen en 2008 al entonces presidente de Caja Madrid la compra de la obra del pintor Gerardo Rueda por 54 millones de euros, cuadros que un informe de la Fundación Caja Madrid tasó en tres millones, y que no fueron adquiridos por la entidad de ahorro para enfado del hijo de Aznar con Blesa.

Pero con independencia de los desmentidos y reacciones de los protagonistas de los hechos, en el PP no esconden la preocupación por su deterioro en uno de sus feudos históricos. Una inquietud a la que contribuye el descalabro de imagen del partido en la Comunidad Valenciana, su segundo caladero electoral, por los casos de corrupción que salpican a gobernantes y dirigentes populares de esa autonomía.

Un retroceso como el que se presume en ambas comunidades tendrá, según el análisis que hace la dirección del PP, un reflejo nacional que puede ser demoledor para Rajoy en las elecciones generales de 2015, y antes en las autonómicas y municipales de mayo de ese año.