La UE respalda incentivar el impulso a nuevas reformas a cambio de dinero
El nuevo mecanismo de solidaridad, destinado a los países con más dificultades, se diseñará en 2014 y cuenta con el plácet de Alemania
BRUSELAS.Actualizado:Con la histórica unión bancaria ya perfilada (que no cerrada), Europa se enfrenta a un nuevo reto con la mirada puesta en la era posrescate. El Consejo Europeo, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho, acordaron anoche impulsar un ambicioso proyecto defendido por Berlín y que en líneas generales se basa en la creación de un sistema de contratos para impulsar reformas estructurales en Estados miembros con más dificultades económicas. Se trata del enésimo intento de Alemania de que los países acometan aquellas reformas de difícil venta política con el incentivo de contar con dinero fresco de los países del euro. Reformas a cambio de dinero, en definitiva.
La primera piedra fue colocada en la cumbre de ayer -hoy concluye- pero su confección se perfilará durante el primer semestre del próximo año de cara a que el Consejo Europeo pueda alcanzar un acuerdo en su encuentro de junio. Como muy tarde, podría demorarse hasta octubre, apostillaron fuentes diplomáticas conocedoras de las negociaciones. Es decir, que no estaría operativo nunca antes de 2015. Todo esta por definir -dinero, metodología, beneficiarios, proyecto financiables...- pero lo relevante es que las bases ya han sido sentadas y consensuadas, y eso, en Bruselas, es decir mucho.
Ha varias líneas rojas trazadas en el borrador de conclusiones aprobado. Entre otras, que el marco financiero de la UE para el periodo 2014-2020 no se vea afectado, que «no implique obligaciones financieras para los Estados miembros que no participen en el sistema» -en teoría, sólo lo harán los de la Eurozona-, o que el nuevo mecanismo se «convierta en un instrumento de igualación de rentas».
Aunque la ayuda estaría en teoría disponible para cualquier Estado miembro de la moneda común, el sistema está pensado para países en crisis con dificultades para financiarse en los mercados, como ocurrió en los últimos meses con Italia y España.
Estas mismas fuentes señalaron, sin embargo, que España no tiene especial interés en solicitar este tipo de ayudas, aunque tampoco descartaron que pudiera hacerlo. Sí señalaron a Italia, sobre todo, y a países como Francia como potenciales beneficiarios. Quizá el factor clave de este nuevo reto al que se enfrenta la UE es el aval de Berlín. «Están dispuestos a poner dinero pero con varios condicionantes», matizó una alta fuente diplomática. Entre otros, que la ayuda sea limitada y condicionada.