La Generalitat diseña una campaña internacional de apoyo a la independencia
La crisis en el PSC puede contribuir a que el soberanismo alcance su objetivo de que dos tercios del Parlamento apoyen el referéndum
Actualizado:Tras conseguir lo que parecía imposible, que CiU, ERC, ICV y CUP se pusieran de acuerdo en torno a la fecha y la pregunta de la consulta soberanista catalana, Artur Mas se propone el más difícil todavía, que la comunidad internacional tome partido y apoye la celebración del referéndum independentista en Cataluña el 9 de noviembre de 2014.
Aunque el presidente de la Generalitat mantiene un agenda externa muy activa, hasta la fecha son muy pocos los actores de la comunidad internacional que se han mojado a favor de la consulta catalana. La respuesta que suelen dar cuando se les pregunta, en la mayoría de los casos, es que se trata de un tema interno español y que debe ser solucionado de puertas para adentro. Poco más. Casi nadie suele salirse del guión que fija el manual de la diplomacia. Y más allá del apoyo de Letonia y Lituania, que hace un par de meses defendieron el derecho a la autodeterminación de Cataluña, y también de la internacional de los liberales europeos -grupo al que pertenece Convergència y en el que están adscritos el comisario económico de la UE, Olli Rehn, o el secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen-, o el Partido de la Izquierda Europea, con IU o la Syriza de Grecia, la reclamación catalana cuenta de momento con escaso soporte. Por ello, Mas se propone el lanzamiento de una campaña internacional que pedirá el respaldo para la consulta de autodeterminación, según confirmó ayer el consejero catalán de Territorio, Santi Vila.
La ofensiva, tanto de comunicación como pedagógica, se pondrá en marcha después de Navidad y, bajo el lema 'Let us vote' (Dejadnos votar), se centrará en entrevistas y conferencias en el extranjero, especialmente en medios de comunicación y países de la Unión Europea, aunque también en el resto de España. La prioridad de Mas, de momento, es anteponer la reivindicación de la consulta a la opción política de la independencia, que como suele admitir, no concita muchas simpatías y «preocupa» en los foros internacionales.
Los estrategas del Palau de la Generalitat están convencidos de que la batalla sobre el derecho a decidir se acabará librando en la Unión Europea dado que que el Gobierno español se cerrará en banda. Mas y su portavoz, Francesc Homs, argumentan a menudo que la UE está construida sobre los pilares de la democracia y Europa no podrá permanecer ajena a una reivindicación democrática de una de sus partes.
Las fuerzas nacionalistas suelen hablar incluso de internacionalizar el conflicto catalán. Esto pasará, en primer lugar, por que la cuestión catalana pase a estar presente en la agenda de las cancillerías, y también en la de Bruselas, donde entre Cataluña y Escocia se empieza a hablar de soberanía. En un estadio más de enfrentamiento, Mas y Junqueras se plantearían llevar el asunto al Tribunal de Luxemburgo o incluso al de La Haya.
Barrera simbólica
El presidente catalán busca apoyos externos, pero también quiere ampliar el respaldo del 64% de los diputados que a día de hoy suscriben el pacto en torno a la pregunta y la fecha de la consulta. De hecho, en su equipo de colaboradores dan por hecho que cuando el Parlamento catalán deba tomar postura de manera formal sobre el acuerdo suscrito el jueves pasado, dos o tres parlamentarios críticos del PSC podrían volver a romper la disciplina de voto socialista y sumarse al frente soberanista, que de esta manera superaría la barrera simbólica de los dos tercios de la Cámara.
En la formación socialista ya se preparan ante estos posibles movimientos de su sector catalanista, que está descontento con el desmarque del bloque soberanista. Poniéndose la venda antes de la herida, fuentes de la dirección socialista amenazaron ayer con expedientar e incluso expulsar del partido al dirigente Fabián Mohedano, perteneciente a la corriente crítica Avancem, por asistir el sábado a un mitin en Barcelona en el que Esquerra Republicana dio el inicio de la campaña por el sí a la independencia. Al acto acudieron también el exconsejero socialista Ernest Maragall y el exdiputado Antoni Comín.
La dirección del PSC volvió a mostrarse muy crítica con el pacto de las fuerzas soberanistas. El primer secretario del PSC, Pere Navarro, afirmó que el acuerdo solo ha servido para que Mas «consiga tiempo» y pueda aprobar los presupuestos del próximo año gracias a Esquerra e Iniciativa. Para el PSC, la pregunta consensuada «alimenta la confrontación».