Hallan en cal viva los restos de la embarazada asesinada en Guadalajara

La Guardia Civil encontró ayer los restos de la joven de 30 años, embarazada de siete meses y de origen sudamericano, que el 30 de septiembre murió a manos de su pareja en Cifuentes, provincia de Guadalajara. Los agentes hallaron la cabeza, manos y pies de Carolina D. C. en una finca cercana a una nave industrial propiedad del autor confeso del crimen.

Los restos de Carolina habían sido enterrados en cal viva en cuatro agujeros del terreneo, el mismo en el que a finales de octubre los agentes encontraron el tronco de la mujer en cuyo interior aún se conservaba el feto sin vida.

El autor confeso, José Miguel B. V., de 37 años y nacionalidad española, era el carnicero de Cifuentes que, desde que aparecieron los primeros restos de Carolina, se encuentra en prisión. El asesino relató a la Guardia Civil que, dada su experiencia como carnicero, había troceado el cuerpo para hacerlo desaparecer y que todas las partes las había arrojado a un muladar al que suelen acudir los buitres a comer. Más tarde modificó su versión y afirmó que había vendido los trozos de carne como comida para los cazadores con perro de su pueblo. Sin embargo, los agentes hallaron el tronco de la víctima en una finca a finales de octubre y desde entonces buscaban el resto del cuerpo que ahora ha aparecido.

Su detención se precipitó cuando decidió denunciar la desaparición de su pareja, que tenía dos hijos de una relación anterior. Fue entonces cuando las fuerzas de seguridad empezaron a sospechar de que algo extraño había ocurrido. Más tarde, los agentes descubrieron que José Miguel se había puesto en contacto con el exmarido de Carolina para que éste se hiciera cargo de los dos hijos. Tras ser interrogado por los investigadores, el carnicero de Cifuentes reconoció que había matado a su pareja a golpes y que después la había descuartizado.