Yanukóvich llama ahora al diálogo al fracasar en su intento de frenar las protestas
Los opositores se niegan a negociar y advierten de que el uso de la fuerza sólo ha servido para reforzar su lucha
KIEV.Actualizado:El fracaso en la tentativa de acabar con las protestas callejeras en Kiev mediante el uso de la fuerza ha debilitado aún más el presidente, Víctor Yanukóvich, que ha hecho un llamamiento al diálogo, y ha reforzado a la oposición en su convencimiento de que no hay que ceder ni un ápice en sus demandas.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y la secretaria adjunta para Asuntos Europeos y Eurasiáticos del Departamento de Estado de EE UU, Victoria Nuland, continúan en Kiev tratando de ayudar a desactivar la crisis surgida después de que el Gobierno ucraniano decidiera rechazar la firma del Acuerdo de Asociación con la UE en la cumbre de Vilna del 29 de noviembre. Ambas deploraron la carga policial en la noche del martes al miércoles contra los congregados en la Plaza de la Independencia.
En un comunicado de Presidencia de Ucrania, Yanukóvich invita «a todas las fuerzas políticas, líderes religiosos y a los representantes de la sociedad civil a un diálogo nacional». «Yo mismo estoy dispuesto a participar en la mesa redonda», sostiene el mandatario. Así mismo, en el mensaje se pide a la oposición «no tomar la senda de la confrontación» con una respuesta negativa a participar en las conversaciones. Les insta también a no apartarse del «marco legal».
Yanukóvich, en una reunión el martes con sus predecesores en el cargo, Leonid Kravchuk, Leonid Kuchma y Víctor Yúshenko, advirtió de que las manifestaciones «amenazan la seguridad nacional» y ayer reiteró que, como garante de la Constitución, está obligado a salvaguardar «la paz, la tranquilidad y los intereses de todos los ciudadanos, además del funcionamiento del país en condiciones de normalidad». No obstante, prometió no emplear la fuerza «con los manifestantes pacíficos».
La idea de promover una mesa de diálogo partió hace dos días de Kravchuk, pero Yanukóvich no reaccionó con especial entusiasmo. Ayer, sin embargo, tras reunirse otra vez con Ashton y con Nuland, que le urgieron a buscar una solución pacífica y a evitar lanzar otra vez a los antidisturbios contra la multitud, se mostró más conciliador.
El problema es que ahora la oposición se muestra reacia. La ex primera ministra, Julia Timoshenko, que cumple siete años de cárcel, emitió un comunicado en el que señala que «no se puede organizar ninguna mesa redonda con esa banda. Sólo la inmediata dimisión de Yanukóvich y sus secuaces». Timoshenko, además, pidió a Occidente sanciones contra la cúpula ucraniana.
Petición de dimisión
El boxeador Vitali Klichkó, dirigente de la opositora Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (Udar), palabra que también significa golpe o puñetazo, calificó de «brutal» la actuación de la Policía en la madrugada del miércoles y dijo que con tanta violencia «lo que consiguen es que la población aumente su determinación a resistir». Según su opinión, el empleo de la fuerza sólo ha hecho que las posibilidades de acuerdo entre el poder y la oposición se reduzcan prácticamente a la nada. Klichkó también considera que Yanukóvich y su Gobierno deben dimitir.
Por su parte, el líder de la formación nacionalista Svoboda (libertad), Oleg Tiagnibok, calificó de «farsa» la oferta de diálogo del presidente. Arseni Yatseniuk, número dos de Batkívshina, el partido de Timoshenko, exige que antes se liberen a todos los que han sido detenidos en los últimos días.
Después de una noche de choques entre la Policía y los manifestantes y el desmantelamiento de la mayor parte de las barricadas en la Plaza de la Independencia de Kiev, los antidisturbios fueron retirados ayer por la mañana del centro de la capital sin conseguir su objetivo. A continuación, la Plaza de la Independencia volvió a caer totalmente en manos de la revuelta y se inició de nuevo la construcción de las barricadas. Las estaciones de metro fueron abiertas y también los comercios. Después se sucedieron los habituales mítines y actuaciones musicales.
Polonia, país con lazos muy estrechos con Ucrania y principal promotor, junto con Alemania, del Acuerdo de Asociación, también se ofreció ayer para mediar entre las autoridades de Kiev y los manifestantes. El portavoz del Ministerio de Exteriores polaco, Marcin Wojciechowski, así se lo hizo saber al embajador ucraniano en el país, quien también tuvo que escuchar las quejas de Varsovia por la «operación de las fuerzas especiales anoche, algo que no es la mejor solución para resolver el conflicto». A su regreso de Bruselas, el primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo que las noticias que llegan de Ucrania «despiertan ansiedad en todos nosotros».
El cabeza de la Iglesia Ortodoxa ucraniana, el Patriarca Filaret, alertó también sobre el peligro de «guerra civil» en Ucrania si el Gobierno continúa recurriendo al uso de la fuerza. De acuerdo con sus palabras, «la violencia sólo pueden desembocar en una radicalización de la protesta y en un conflicto todavía mayor». Filaret también es partidario del diálogo.