Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
MUNDO

El arzobispo y el imán de Bangui alientan la reconciliación en Centroáfrica

Francia reclama la convocatoria urgente de elecciones como paso previo a la constitución de un gobierno democrático

G. ELORRIAGA
Actualizado:

El arzobispo de Bangui, las organizaciones católicas locales y el imán de la Mezquita Central de la capital organizaron ayer una marcha conjunta con suministros para algunos de los centros de acogida. El convoy, formado por coches y camiones, estuvo escoltado por las fuerzas multinacionales y entre otros centros, repartió víveres en el Centro Don Bosco, que cuenta con 18.000 desplazados, dos lugares de refugio para musulmanes en el conflictivo barrio PK5 y varias parroquias también atestadas.

La iniciativa pretende recuperar la atmósfera de convivencia pacífica previa al golpe de Estado del pasado mes de marzo y proseguirá hoy con una reunión con entidades protestantes. Antes del reparto de alimentos, Dieudonné Nzapalainga e Imam Omar Kobine Layama, los dos líderes religiosos convocantes, se dirigieron a los asilados demandando perdón y la reconciliación. Sin embargo, el recelo parece instalado entre las comunidades cristiana e islámica. Una camioneta alquilada por una organización solidaria islámica que intentó penetrar en el primero de los recintos fue recibida con gritos coléricos e iracundas reclamaciones. La intervención de los soldados de la Fomac impidió que los chóferes fueran agredidos por la multitud exaltada.

La violencia no cesa en la República Centroafricana y la revancha de los afectados por los desmanes de la Séléka se incrementa. Las mezquitas de los barrios de Fouh y Ouhango y numerosas tiendas propiedad de musulmanes fueron ayer objeto de saqueos e incendios. El español Jaime Moreno, director del Servicio Jesuita a los Refugiados, fue también testigo del rescate de las aguas del río Ubangui de cadáveres con evidentes signos de tortura.

El presidente francés François Hollande realizó ayer una breve parada en su viaje de regreso a París tras participar en el funeral de Nelson Mandela. Tras rendir homenaje a los dos soldados galos fallecidos, aseguró que las tropas de la Operación Sangaris permanecerán desplegadas en el territorio hasta su reemplazo por un cuerpo internacional capaz de asentar la paz y ha reconocido que el país corre el riesgo de deslizarse hacia una abierta guerra civil.

El encuentro del dirigente con su colega Michel Djotodia, celebrado en el aeropuerto M'Poko, fue tenso. El jefe del Elíseo ha manifestado expresamente la desconfianza que le produce e, incluso, lo ha llegado a acusar de cooperar con los elementos rebeldes de la Séléka. París ya ha reclamado la convocatoria urgente de elecciones como paso previo para la constitución de un gobierno democrático.