España sigue perdiendo población

La población española prosigue su caída. El Instituto Nacional de Estadística desvela que, por segundo semestre consecutivo, el saldo migratorio registrado es negativo. El matiz más llamativo es el que atañe a los españoles. Entre enero y junio 26.281 personas tuvieron que salir del país que les vio nacer. En términos generales hasta 259.227 ciudadanos tomaron rumbo al extranjero, un 10% más que en el periodo anterior, y tan solo 134.312 aterrizaron en la Península.

La consecuencia se refleja en un nuevo descenso demográfico. Aunque aún no es muy acusado –apenas alcanza el 0,25%-, si nos retrotraemos a etapas no muy lejanas en el tiempo, llama la atención el enorme cambio de tendencia. En menos de doce meses, el territorio español ha perdido a casi 120.000 personas. Tras años de incremento incesante, hoy día parece difícil que alcancemos la cifra redonda de los cincuenta millones. El informe presentado ayer por el INE sitúa el censo oficial en 49.609.652.

Las facilidades que algunos países de origen proporcionan para un retorno y las nacionalizaciones de quienes llevan más de un lustro en España pueden explicar el saldo negativo. Más inquietante es el incremento de la emigración local, que ha crecido un 71% respecto a las estadísticas manejadas en 2012. El INE concreta además los destinos preferentes entre quienes deciden salir del país. Por este orden: Ecuador, Reino Unido y Francia acogen al grueso de emigrantes con pasaporte español.

El caso del país andino es peculiar: de los casi 5.000 españoles que recibieron en la primera mitad del año, tan solo 1.648 habían nacido en España. La mayoría son ecuatorianos nacionalizados que, después de varios años en España, se acogen a la política de retorno impulsada por el Ejecutivo de Rafael Correa. Un fenómeno que se percibe en márgenes similares en Venezuela, Argentina y Venezuela, cuya presencia ha caído por encima del 12%..

No son las únicas nacionalidades que, ante los estragos de una crisis que sufren con mayor intensidad, abandonan el ‘sueño español’ y buscan cobijo en su tierra natal. Rumanos y marroquíes, los colectivos migratorios más cuantiosos, también han abandonado el territorio nacional. En su caso, el fenómeno se retroalimenta ya que continúan liderando las estadísticas de inmigración y, en el caso de los oriundos del reino alauí, incluso superan cifras de años anteriores.