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ÑOÑO TRAE LA SOLUCIÓN

Un gol del isleño a poco del final permite al San Fernando salir de puestos de descenso

SAN FERNANDO.Actualizado:

La pierna se le quebraba hace justo ahora diez meses. El chasquido del hueso roto le condenaba a un largo y oscuro peregrinar por el lado negro del fútbol, esa senda que no alberga mayor gloria que resistir, cuyo único afán de superación consiste en volver a ser el de antes. 300 días después, Antonio Asencio 'Ñoño' ha vuelto. Y trae la solución. El explosivo extremo isleño, mejor jugador azulino del pasado curso pese a perderse un tercio de competición (y bien que le echaron de menos), representa la máxima esperanza del San Fernando para encontrar esa luz al final del túnel. Él conoce el camino.

Y ayer tomaba la mano de sus compañeros para ejercer de líder y guiarles hacia la victoria. De nuevo agónica, es el sino de esta campaña. Cuando la luz se apagaba, en ese momento en que las fuerzas desfallecían y se fundía la ilusión, el protagonista recogía la bola en la corona del área, driblaba hacia fuera, se colaba entre la muralla adversaria y batía por bajo al meta rival para llevar el delirio a las gradas. Tres puntos para echar a rodar, para escapar de la ciénaga muchas jornadas después. Ñoño trae la solución.

El mejor epílogo para un choque igualadísimo, aburrido para el espectador desinteresado pero muy emocionante por lo que se ponía en juego sobre el tapete. El primer duelo se esgrimía por el control del esférico. La Roda, por estilo, intentaba adueñarse de la bola pero el San Fernando, en casa y junto a los suyos, se obliga a llevar la iniciativa. Los isleños, con intensidad, lograban arrebatárselo a los manchegos y comenzaban a rondar el arco de Bocanegra, con jugadas bien hilvanadas a las que les faltaba remate. Las ausencias de arietes de referencia como Pedro Carrión y David Hernández influía soberanamente en su juego, pues cuando se disponían a colgar el balón al corazón del área siempre tenían que rectificar y buscar un pase interior, para desesperación de la hinchada.

Más ímpetu que fútbol

Los azulinos jugaban con una marcha más que su rival, limitado a cerrar esos espacios interiores para neutralizar el juego local. Lo lograban, dejando el peligro isleño reducido a acciones puntuales, cimentadas más en el empuje que en el juego.

El pequeño Ernesto, de delantero centro, remataba en la mejor ocasión a la media hora de partido mandando su cabezazo fuera de la portería. Por oportunidades y por dominio, el San Fernando merecía mejor suerte.

El cuadro cañaílla despedía la primera parte atacando, llevando el cuero a la última línea, confiando en que un error ajeno más que un acierto propio propiciara el gol. No obstante, La Roda cerraba bien, y pese a los titubeos del lateral Del Moral, Berni se trastabillaba solo ganándose los abucheos del respetable. Por ello el primer asalto moría con escasas noticias y menos oportunidades para ninguno de los dos contendientes.

El fruto de esos 45 minutos no convencía a nadie. Los rodeños mostraban una imagen lejana a la que han enseñado en el inicio de curso, reflejando los problemas que le han llevado a encadenar tres derrotas consecutivas. Y el San Fernando veía como sin pegada aparecía como una misión imposible adelantarse en el marcador.

Las mismas caras abandonaban el vestuario camino del verde de Bahía Sur, si bien Masegosa ponía a Carlitos a calentar más de dos meses después de su lesión.

El San Fernando, cada vez con mayores urgencias, volvía a dominar en la reanudación, pero las prisas traían mayores imprecisiones. Aún así, se desvivía por ese gol que por insistencia tenía que caer al saco local. Carlitos sustituía a Cristian.

Y en esas perdonaba La Roda en su primera gran ocasión. En un contragolpe, los manchegos cogían dormido a su rival, Dopico por banda superaba a su par y su centro, cabeceado con potencia por Arturo, se marchaba lamiendo la cruceta. Ahí tenía el triunfo. Y acto seguido, una entrada de Jordi Pablo a Carlitos le costaba la segunda y la expulsión al extremo.

Restaba media hora de partido y el San Fernando se veía en superioridad. Insertaba cerca del área a Ñoño para romper por banda y un minuto después Monteagudo contrarrestaba con la entrada de Paterson para frenar al extremo azulino. Movimiento estratégico en el carril.

Los de Masegosa se volcaban y los de Monteagudo generaban peligro al contragolpe, más que durante toda la primera mitad. Dimas erraba una opción clarísima en un mano a mano con David Valle. Y en la acción posterior, el colegiado se tragaba el silbato y se comía un penalti clarísimo a favor de los visitantes.

La expulsión de los rojillos sentaba fatal a los isleños, que no sólo no marcaban sino que por milagro mantenían su meta a cero. La Roda amenazaba con asaltar el fortín azulino.

El técnico hispalense variaba su sistema, colocando a Ñoño y el canterano Urri en las dos puntas de ataque. Y el primero comenzaba a hacer de las suyas, desatascando a los isleños en ataque. Un disparo bombeado volaba por encima del travesaño de Bocanegra. Era un ensayo. Después no fallaría. En otra acción calcada en la frontal del área, salía por fuera y en lugar de intentarlo por arriba, en esta ocasión disparaba raso para batir a Bocanegra y liberar de angustia a una grada deprimida.

El tanto a última hora debía sellar un nuevo triunfo en La Isla, pero quedaba por sufrir. Una falta indirecta dentro del área y un despeje de David Valle ponían el broche a una cita que dejaba los tres puntos en San Fernando. Y la alegría de recuperar a quien nunca se debió ir.