gastronomía

Un transatlántico en Jerez

Abre junto al Parque González Hontoria, Barco, un multibar de más de 600 metros cuadrados que une tapas innovadoras, cafetería, discoteca y coctelería

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Ver marineros y marineras con su gorra de plato junto al Parque González Hontoria, donde se pone la feria de Jerez, no deja de ser llamativo pero, en Barco, el espectacular establecimiento que ha abierto junto a Ifeca, y el palacio de exposiciones y ferias de la provincia de Cádiz, todo llama la atención. «Aquí no hay ni un plato redondo», señala de forma muy gráfica Antonio Fernández Ortega, más conocido como Antonio Ortega, el empresario que ha puesto en marcha este multibar que ocupa, tan sólo en zonas de atención al público, más de 600 metros cuadrados.

La obra arquitectónica es de David Mouriño, aunque Ortega señala que ha participado muy de cerca en todo el proceso. El transatlántico se ve desde lejos. Unas velas forman uno de los salones, una especie de terraza de verano pero que por sus características también podrá utilizarse en invierno. A su lado, un gran cubo de cristal que aloja la zona más dedicada a lo que es 'comé'. Dentro una tercera zona, una discoteca. Para servir a todo este complejo está el barco, la zona de servicios que tiene forma de casco y que acoge, en su proa, una barra dedicada a preparar cócteles y la cocina del local en la que trabajan seis de las 28 personas que forman por el momento la plantilla.

Estamos ante lo que ahora se hace llamar multibar, un establecimiento con varios usos. La actividad comienza a las doce de la mañana con el aperitivo para luego seguir con el tapeo, el café o la copa de la tarde, las cenas por la noche y terminar con la discoteca que está abierta hasta las siete de la mañana.

Recuperación del auditorio

Antonio Ortega reconoce que es un proyecto ambicioso. Prefiere no detallar la inversión y señala que ha sido posible hacerlo «porque cuento con una empresa, Afor, que es la que se ha ocupado de la mayoría del trabajo y así ha sido posible recortar mucho los costes». Por si fuera poco, el multibar es el primer paso de un proyecto aún mayor ya que la idea es aprovechar el patio interior de Ifeca para montar en él un parque infantil y también recuperar el uso del auditorio con el que cuenta el edificio con capacidad para 1.500 personas y donde Ortega quiere montar espectáculos de toda índole y «además ofreciéndoselo gratis a los artistas. Tan sólo se le cobraran los servicios que contrate».

El proyecto se gestó hace unos meses cuando Ifeca convocó un concurso público para ocupar el bar exterior del recinto que había quedado desocupado. El paquete incluye también el aparcamiento situado junto al bar y la explotación del patio interior y el auditorio de Ifeca. Ortega tiene la concesión para los próximos 20 años y quiere desarrollar un gran proyecto «porque me gusta la hostelería y me gusta lo bueno». Este empresario que ha cumplido ya los 60 tiene cierta experiencia en la sector sobre todo en el negocio de la noche. Tuvo la sala de fiestas Revuelo y también el pub Ficus. Luego puso en marcha Afo, una empresa de servicios generales cuya gestión compatibiliza con este proyecto que reconoce que tiene, comenta en broma, «ciertas dosis de locura». El local abrió al público el 30 de noviembre.

Para poner en marcha el Barco, Ortega ha confiado como maître en un profesional de reconocida solvencia, Santos Mesones, profesor de hostelería, y reconocido maître. De hecho estuvo como tal en la Escuela de Hostelería de Jerez. Precisamente de allí son algunos de los empleados, entre ellos el responsable de la cocina, el jerezano Fernando Fernández. Con 26 años y formado en la escuela jerezana viene a Barco después de una estancia de varios meses en el restaurante Pepe Vieira de Pontevedra, calificado con una estrella Michelin. Fernández ha diseñado una carta de tapas y raciones bastante amplia y con aires innovadores. Ortega resalta que una de las características de la casa es «demostrar que calidad y precios económicos no están reñidos. Así, la idea de Barco es recuperar el aperitivo». Desde las doce y hasta las dos ofrecen la cerveza a un euro y con una pequeña tapa de regalo. También tendrán vermouth, una bebida de moda, y preparado de diversas formas.

Luego, a partir de las dos, entrará en funcionamiento la carta de tapeo. En principio han pensado en una carta informal para comer a base de tapas, medias y raciones que se puedan compartir. Para degustarlas hay una amplísima barra y luego mesas altas y bajas en dos salones. En la terraza la idea es que exista otra carta diferente, más centrada en platos fríos y luego cuentan con un reservado donde se podrá comer con total intimidad hasta el punto de que se puede colocar un carro dentro con la comida y no entran ni los camareros, a no ser que lo solicite el cliente.

El precio de las tapas va desde los 2,10 euros de las croquetas de ajo jerezano con mayonesa de rábanos, una visión innovadora del ajo campero de los mostos de Jerez, a los 5,50 euros de la tosta de solomillo con verduras asadas y aderezo de hierbas. El plato más caro de la carta son unas puntas de solomillo adobadas con salsa barbacoa que sale a 9,95. Por encima tan sólo la ración de jamón ibérico de bellota a 12 euros.