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Un joven reparte té a los opositores concentrados en la Plaza de la Independencia de Kiev para combatir el frío. :: STOYAN NENOV / REUTERS
MUNDO

Yanukóvich llama a sus partidarios a salir a la calle

El temor a nuevos enfrentamientos violentos crece al negarse la oposición a abandonar el centro de Kiev

RAFAEL M. MAÑUECO ENVIADO ESPECIAL
KIEV.Actualizado:

El Partido de las Regiones de Ucrania, que lidera el presidente Víctor Yanukóvich y tiene el mayor número de escaños en el Parlamento, dio un peligroso paso al convocar a sus partidarios a salir también a la calle y a ayudar a la Policía a proteger los edificios oficiales. Los primeros piquetes progubernamentales hicieron ayer acto de presencia frente a la Rada (Parlamento). Mientras, en Moscú, una delegación presidida por el viceprimer ministro ucraniano, Yuri Boiko, entablaba negociaciones con el jefe del Gobierno ruso, Dmitri Medvédev, con el objetivo de obtener una rebaja en los precios del gas, algún crédito y otras ayudas.

Los manifestantes opositores, congregados en la Plaza de la Independencia, protagonizaban un intento más de bloquear los accesos a la sede del Gobierno. Mantienen bajo su control el Ayuntamiento y la Casa de los Sindicatos, que es en donde está instalado su cuartel general. El primer ministro, Nikolái Azárov, reprochó una vez más a la oposición su «irresponsabilidad» y advirtió de que no tolerará más desórdenes en la calle. «Declaro con toda firmeza que esta vez el Gobierno no tolerará un escenario catastrófico en el país», alertó al comienzo de una reunión con sus ministros. Se da la circunstancia de que ayer, por primera vez desde hace casi una semana, los miembros del Ejecutivo pudieron entrar en el edificio del Gobierno gracias a que los antidisturbios les abrieron un pasillo entre los manifestantes.

Azárov dijo que los líderes opositores tienen inmunidad, pero no los que participan en la protesta, que, según él, «se pueden ver abocados a tener que responder ante la Justicia». Según sus palabras, «el motivo de las protestas ya no existe». La revuelta comenzó después de que el Gobierno decidiera suspender la firma del acuerdo de asociación con la Unión Europea. Yanukóvich y Azárov anunciaron el envío a Bruselas de una delegación para negociar algunos aspectos del documento. El primero buscaba ayer en China algún tipo de ayuda financiera.

En la Rada, los diputados opositores lograron reventar la sesión ocupando la tribuna. Arseni Yatseniuk, portavoz parlamentario de Batkívshina (Patria), el partido de Julia Timoshenko, reiteró que «nuestra lucha continuará hasta que consigamos lo que queremos». Es decir, la dimisión del jefe del Estado y su Gobierno, la puesta en libertad de Timoshenko y otros presos políticos, en referencia especialmente a los nueve jóvenes detenidos y acusados de organizar los desórdenes del domingo en las inmediaciones de la Presidencia, y la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.

Tensión con la OTAN

Los tres presidentes habidos en Ucrania desde la desintegración de la URSS, Leonid Kravchuk, Leonid Kuchma y Víctor Yúshenko emitieron ayer un comunicado conjunto de solidaridad con los manifestantes que pugnan por la integración del país en Europa. En el texto de la nota, los ex jefes del Estado expresan también su preocupación por la presente coyuntura. «La profunda crisis política que vive Ucrania amenaza con acarrear graves consecuencias para la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania», alertan.

Rusia protestó ayer por el pronunciamiento hecho por la OTAN el martes en contra del uso de la violencia en Ucrania contra los manifestantes. Según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, «no se entiende por qué la OTAN adopta una declaración como esa». Lavrov cree que la Alianza no debe inmiscuirse en los asuntos internos del país eslavo y menos contribuir a «crear una imagen distorsionada» de lo que allí sucede.

El canciller ruso, que expuso su opinión ayer en Bruselas en el marco de una reunión del Consejo OTAN-Rusia, considera que Yanukóvich tiene el legítimo derecho de ejercer el poder rechazando la firma del Acuerdo de Asociación con la UE y ello no tendría por qué desencadenar una ola de protestas.

En medio de la actual agitación, Kiev acoge hoy y mañana una reunión ministerial de la OSCE, a la que no acudirá la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, sino su número dos, Helga Schimdt, vicesecretaria del Servicio Europeo de Acción Exterior. Schimdt se propone aprovechar su estancia en Kiev para entrevistarse con representantes del Gobierno y la oposición para buscar una salida a la situación. El secretario general de la OSCE, Lamberto Zannier, ya se ha reunido con el ministro de Exteriores ucraniano, Leonid Kozhara, y ha hecho un llamamiento a un «diálogo pacífico».