Un manifestante lanza un cótel molotov. :: AFP
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La primera ministra de Tailandia exhibe firmeza ante las protestas

Tiende la mano al diálogo pero se niega a dimitir como le exige la oposición, que amenaza con tomar hoy el cuartel general de la Policía

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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«Estoy dispuesta a abrir todas las puertas para negociar. Si hay alguna forma en la que pueda devolver el país a la paz, lo haré. Pero no sé qué podemos hacer para resolver la situación. De hecho, no creo que haya nada que podamos hacer dentro del marco de la Constitución». Con estas palabras, la primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, demostró ayer que no se doblega ante las multitudinarias manifestaciones que han sacudido Bangkok, y dejó en evidencia que va para largo el conflicto político que enfrenta a su Gobierno con los seguidores de Suthep Thaugsuban, un líder de la oposición que exige que renuncie al poder, la disolución del Parlamento y la constitución de un 'consejo popular' que designe al nuevo máximo mandatario sin que se celebren elecciones antes.

Todo apunta a que la batalla continuará también en la calle. De hecho, después de una breve tregua de cuatro horas, ayer volvieron a repetirse las escenas de caos del fin de semana: gases lacrimógenos, balas de goma, enfrentamientos con la Policía, e incluso un intento de acceder a la sede del Ejecutivo con un bulldozer que destruyó las barricadas instaladas por los agentes. Afortunadamente, no se informó de nuevas víctimas mortales, aunque sí hubo dos heridos de bala más y uno de ellos está en situación crítica.

Ahora preocupa que la orden de arresto dictada ayer contra Suthep por sedición provoque una nueva escalada de violencia si las fuerzas del orden tratan de hacerla efectiva. «Si me detienen, otro saldrá a la calle. Tengo ya 64 años y he sido de todo menos prisionero», avisó, desafiante, el líder del Movimiento Civil para la Democracia.