El Gobierno admite «descontrol» en Kiev
El presidente Yanukóvich mantiene su viaje a China y enviará una delegación a Bruselas para discutir el tratado que se negó a firmar hace cuatro días El primer ministro ucraniano acusa a la oposición de «preparar un ataque contra el Parlamento»
KIEV.Actualizado:El centro de Kiev parece una ciudad sitiada que se prepara para resistir a un asalto. La Plaza de la Independencia, recuperada el domingo por los manifestantes y escenario de la 'Revolución Naranja' de 2004, está protegida por barricadas y se han colocado vallas y todo tipo de obstáculos en su perímetro para dificultar a la Policía una posible intervención. En la explanada permenecen sin moverse cerca de 20.000 personas y se han vuelto a instalar tiendas de campaña. La temperatura rondaba en Kiev los cero grados.
En 2004 el panorama era más relajado y, aunque también se esperaba a los antidisturbios en cualquier momento, no se respiraba tanta tensión como ahora. Y es que el domingo se produjeron incidentes muy graves en las inmediaciones de la sede de la Presidencia y en el Ayuntamiento de la capital. Según datos oficiales, hubo 120 heridos entre la Policía y 112 entre los manifestantes. Casi un centenar de personas permanecen hospitalizadas, entre ellas varios periodistas. Sufrieron agresiones profesionales de medios internacionales como France Presse, Reuters, Associated Press, Euronews y 'The New York Times'.
Los antidisturbios se concentraron en torno a los edificios de la Presidencia, el Gobierno y la Rada (Parlamento). Unos mil manifestantes mantuvieron bloqueada durante toda la jornada la entrada al edificio del Gobierno. Un poco más lejos, un grupo de enmascarados trató de causar destrozos a la estatua de Lenin.
El primer ministro, Nikolái Azárov, sostiene que la oposición «está preparando un ataque contra el edificio del Parlamento». Según Azárov, la situación está «descontrolada (.), parece un golpe de Estado». El jefe del Gobierno ofreció este análisis ante un grupo de embajadores de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá. Aunque él mismo había manifestado lo contrario el domingo, cuando afirmó que su Gabinete mantiene el control de la situación. Y aunque se había especulado con la declaración del estado de excepción, Azárov lo descartó pese a la gravedad de los acontecimientos.
El presidente ucraniano, por su parte, mantiene en principio el viaje a China previsto para hoy. Víctor Yanukóvich llamó a la calma durante una entrevista en televisión, en la que pidió que se respete la ley, tanto por parte de la Policía como de los manifestantes. «Una mala paz es mejor que una buena guerra», advirtió.
El jefe del Estado, además, parece estar empezando a reconsiderar su postura de renunciar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, decisión que ha desencadenado las actuales protestas. Después de una conversación mantenida ayer con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, Yanukóvich enviará en breve una delegación a Bruselas para discutir algunos detalles del texto del acuerdo que decidió no suscribir el viernes en la cumbre de Vilna.
El brusco viraje en la política exterior del país con el portazo a Europa amenaza con una escisión también dentro del Partido de las Regiones, liderado por Yanukóvich. Inna Bogolovska, diputada de esta formación, no duda de que habrá fugas dentro del grupo parlamentario. Según sus palabras, el rechazo a firmar el Acuerdo de Asociación con la UE «fue una sorpresa para muchos diputados del Partido de las Regiones. Creo que nos ha traicionado». Ella y dos parlamentarios más anunciaron su intención de abandonar el partido.
Hoy el Parlamento votará una moción de censura contra el Gobierno. La iniciativa no debería salir adelante, ya que el Partido de las Regiones domina la Cámara, salvo que se produzcan abiertas deserciones o alguien desatienda la disciplina de voto. Los partidos de oposición que han promovido la votación consideran que la legislación del país da directrices claras para la integración de Ucrania en la UE.