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Economia

Comienza la campaña de turismo invernal amenazada por la crisis de los hogares«Pedimos a los españoles que se queden a esquiar en España»

Las estaciones de esquí generan un negocio de 1.000 millones de euros y confían en mantener los resultados del año pasado

C. CALVAR
MADRID. MADRID.Actualizado:

La temporada turística en las estaciones de esquí comienza de forma oficial este fin de semana. El sector, que genera cada año un negocio que mueve 1.000 millones de euros y de cuya marcha dependen el empleo y los ingresos de comarcas enteras de montaña, espera que la llegada del frío y de las primeras nevadas faciliten su actividad. La coyuntura económica adversa es la principal amenaza para estos negocios, que dependen en un 90% de la demanda nacional.

El éxito de este ciclo 2013-2014 dependerá en buena medida de la abundancia de nieve, un factor que todos los años condiciona el vigor de la demanda. Y, en el actual contexto de crisis, también será un factor decisivo la salud financiera de los hogares, que determinará si sus miembros disponen o no de unos cientos de euros para ir a esquiar. El paro, el miedo a perder el empleo y la caída general de las rentas han llevado miles de familias a ajustar al máximo su presupuesto y a renunciar a gastos no imprescindibles.

Desde el sector confían en que el fin de la recesión en el tercer trimestre y el optimismo que preside el discurso económico oficial animen a muchos a apostar por este tipo de ocio invernal. La creciente internacionalización, basada en fuertes campañas para captar clientes extranjeros, sobre todo británicos, franceses y rusos que vienen a España atraídos por la posibilidad de esquiar al sol, también puede jugar a favor y compensar la atonía de la demanda interna. Según cálculos de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), alrededor del 10% de los usuarios de estos servicios son extranjeros.

Atudem afronta la presente campaña con el objetivo de mantener o mejorar ligeramente los resultados del año pasado. La temporada 2012-2013 fue muy complicada en lo económico por la dureza de la recesión y por la subida del IVA, que perjudicó al consumo y, en el caso concreto del esquí, encareció el precio de los remontes. Por todo ello, el sector tuvo que hacer frente a un panorama de gastos crecientes con una previsión de ingresos a la baja.

Sin embargo, el año pasado jugó a favor de esta industria la abundancia de nieve (de hecho, algunas estaciones como Sierra Nevada tuvieron que cerrar algún fin de semana porque las condiciones impedían disfrutar del esquí). Su persistencia permitió a algunos estaciones mantener sus puertas abiertas hasta mayo.

Al final el sector cerró la temporada con unos ingresos por remontes (sin IVA) de más de 100 millones de euros, tras atraer a 4,8 millones de esquiadores. Es importante destacar que, según cálculos de esta industria, por cada euro gastado en remontes el visitante deja en la comarca otros ocho euros, que sirven para sostener el resto de negocios paralelos (alquileres, hoteles, restaurantes, cafeterías, gasolineras, tiendas...). En total, del bolsillo de los esquiadores salen unos 1.000 millones de euros que mantienen activos durante medio año a muchos valles de montaña, cuyos habitantes carecen en muchos casos de otras fuentes de ingresos y de empleo.

Techo histórico

La cifra de negocio del año pasado está bastante lejos de los 130 millones de euros de la temporada 2008-2009, la mejor de la historia, en la que 6,6 millones de personas se lanzaron a practicar deportes de nieve. Los 4,8 millones de visitantes del año pasado están también muy por debajo de ese techo histórico, pero fueron una mejora respecto a los 4,5 millones de 2011-2012, la campaña más floja de la última década. Según Atudem, cada esquiador español gastó el año pasado 20,68 euros por día de esquí. En Europa esa cantidad aumenta, de media, hasta 22,24 euros.

Las esperanzas de mejora para este año son modestas y están basadas en las inversiones realizadas (14 millones de euros para el conjunto del sector), sobre todo en ampliación de pistas y servicios complementarios de ocio, muy enfocados a atraer a familias con niños.

Es el caso, sobre todo, de las estaciones del grupo Aramón, en el Pirineo Aragonés, y de Sierra Nevada (Granada). Ambos complejos aseguran haber destinado tres millones de euros a mejora de sus infraestructuras -con especial atención al público infantil y juvenil- y a renovación tecnológica. Aramón -que agrupa a las estaciones de Cerler, Formigal y Panticosa (Huesca) y de Javalambre y Valdelinares (Teruel)- ha anunciado una agresiva rebaja de precios al objeto de atraer a un millón de deportistas. Sierra Nevada, que el año pasado atrajo a más de 900.000 visitantes, según su consejera delegada, María José López, quiere llegar también al millón. En el Pirineo catalán destaca la estación de Baqueira Beret, que ha invertido otros tres millones en mejoras y en reforzar su estrategia de marketing.

«Pedimos a los esquiadores españoles que esquíen en España. Y esquiar en Aramón es esquiar en España». Así de explícito fue el director general del grupo aragonés Aramón, Javier Andrés, durante la presentación en Madrid de la oferta turística de su grupo para esta campaña invernal.

Preguntado por posibles desventajas competitivas de su grupo respecto de otras estaciones cercanas como las andorranas y las del Pirineo francés, Andrés lanzó ese mensaje, que recordaba al promovido hace año y medio por el presidente del Consejo de Turismo de CEOE, Joan Gaspart, cuando, ante la escasez de reservas para la inminente campaña de sol y playa, pidió a los españoles un esfuerzo para apoyar así a la industria turística nacional.

El director general de Aramón reconoció su inferioridad competitiva respecto de las estaciones andorranas, sujetas a una menor presión fiscal y por tanto con más margen para jugar con su oferta de precios. Sin embargo, no sólo esgrimió motivos económicos: «Mismo precio, mejor producto, más calidad y mucho sol», resumió al ser preguntado por las ventajas de esquiar en estaciones españolas respecto de las del Pirineo francés.